Page 115 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 115

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            de tiempo, con otras reflexiones que se tuvieron presentes en consideración a
            que el Excelentísimo Señor Virrey no podrá saber a esta hora, y mucho menos
            quando expidió su orden los acaecimientos de Chucuito, sus estragos, y todos
            los ocurridos en los demás Pueblos de aquella Provincia, y de los principales
            de la de Puno, su meditado ataque, y proyecto contra esta Provincia, y la de
            Arica, las últimas conmociones, y atrevimientos de los Pueblos de esta, el re-
            celo de los de Carumas de esta jurisdicción, todo ocasionado no por el Revel-
            de Túpa Amaro, o sus emisarios, sino por la seducción de los que han querido
            apellidarse Cataris, según resulta de las diligencias en esta razón obradas, de
            que tiene cabal idea este Consejo, por lo expuesto en el anterior celebrado el
            nueve del que rige. En cuya virtud, venerando como corresponde la siempre
            sabia disposición de Su Excelencia, y sin motibo, que el de aspirar al mejor
            servicio de Su Magestad, se acordó por todos los vocales de este Consejo el
            que se informase prolijamente a Su Excelencia por dicho Señor General de
            los motibos que han empeñado a esta Junta a suplicar reverentemente sobre
            el contexto de la citada orden, y que entre tanto que con vista de esta Repre-
            sentación no resuelva Su Excelencia lo que sea de su Superior agrado o no
            mejore de semblante el actual estado de las Provincias sublevadas y comar-
            canas, subsista la Tropa Destacada en sus respectivos destinos, y en esta Villa
            aquartelados cien hombres a cargo de un Capitán, un Teniente, un Alferez,
            tres Sargentos, ocho Cabos, un Tambor y ochenta y cinco soldados todos con
            el Prest que han sido hasta ahora socorridos, y que respecto a que los Españo-
            les de Torata han ofrecido hacer el servicio de los Destacamentos, o Guardias
            Abanzadas en los caminos que conducen a aquella, y esta Población con solo
            el estipendio de dos reales al día en que fuesen empleados, se les de gracias por
            su lealtad y zelo y orden a Don Faustino Peñaloza, para que socorra a los doce
            hombres que se ocupan diariamente en las quatro vigías que tienen puestas de
            la del Señor General por ser indispensable, el que subsistan tomados aquellos
            caminos, y el de Candarabe, para tener oportuno aviso y lugar, a lo menos de
            tomar las armas contra los que intentasen en el sosiego de una noche asaltar
            esta Población, que se vería totalmente indefensa sin esta precaución y arvi-
            trio; se exponga todo con testimonio de este acuerdo en el inmediato Correo
            al Excelentisímo Señor Virrey, solicitando de su benignidad la Resolución que
            fuese de su beneplácito. Con lo que se concluyó esta Junta que firmaron los
            mencionados señores Gefes con el Asesor, que la componen, por ante mí.—
            Don Mariano de Orive.— El Conde de Alastaya.— Don Baltasar Fernandez de



                                               114
   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120