Page 605 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
autos de la materia y en su consecuencia de parte del Rey nuestro señor, que
Dios guarde, y por las facultades que en mí reside por razón de mi empleo, les
rindo las correspondientes y respectivas gracias al dicho Coronel Don Diego
Chuquiguanca, Cacique de este pueblo de Azángaro, a su hijo legítimo el Sar-
gento mayor Don José Chuquiguanca y a toda su casa por la suma fidelidad
y lealtad que han manifestado en la ocasión al Soberano y la fe a la religión
cristiana, no sólo en la denuncia y presentación del dicho pliego del Indio
alzado y de todas sus determinaciones, sino en el momento que recibió dicho
Don Diego Chuquiguanca el dicho pliego, participó las respectivas noticias
a los señores Corregidores de Carabaya y Lampa, en prueba de su firmeza y
constancia a Su Majestad, para que hiciesen dichos señores la gente necesaria
en el instante a custodiar estas provincias y si posible fuese y la actividad fran-
quease ocasión oportuna, de girar hasta la provincia de Tinta, a fin de extin-
guir y agotar todas las resoluciones y proyectos del rebelado José Tupa Amaro,
que se hacen muy perceptibles a la vista mediante las órdenes referidas que
le comunica al lealísimo fiel vasallo del predicho Don Diego Chuquiguanca,
Coronel del regimiento de esta provincia de naturales, y Cacique propietario
de este dicho pueblo de Azángaro, a quien y toda su casa se le duplican las gra-
cias de parte del Soberano y en nombre de toda esta provincia, afianzándole
de mi parte hacer presente e informar como Corregidor de esta provincia al
Rey nuestro señor, a los señores virreyes, al señor Visitador General, a la Real
Audiencia de la Plata y a los demás tribunales que correspondan un mérito
tan relevante y recomendable, en asunto de tanta gravedad e importancia ele
hacer un distinguido servicio a la Real Corona de nuestro católico Monarca en
la denuncia referida, la que ha servido de norte para participar acertivamente
a los más Corregidores de las provincias inmediatas del reino, para preparar
inmediatamente una justa defensa a que aspira mi actividad, empeño y celo
a poner el pronto remedio con auxilio de los corregidores realengos y más
cercanos, para cuyo efecto se les pasará por mí los respectivos exortos con
inserción de todo lo acaecido. Asimismo, a las ciudades de Arequipa, La Paz,
la de Chucuito, Villa de Puno y otras provincias hasta la ciudad de La Plata
y Buenos Aires para que estén alertos a la custodia y guarda del reino y para
que conste lo pongo por diligencia en presencia de dicho Cacique Don Diego
Chuquiguanca, su hijo Don José, el señor cura de esta doctrina, los Alcaldes
ordinarios, oficiales militares y otros sujetos que concurrieron a ver la dicha
apertura del pliego y que oyesen su contenido y lo firmó con testigos judicialmente
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