Page 393 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            tal cual talento; y proseguiré del mismo modo, siempre amante y fiel vasallo de
            Su Majestad. Yo he sido quien dí la primera noticia de estas calamidades al
            Corregidor de esta Provincia, para que viniese de Cotabambas, donde estaba,
            como lo practicó casi solo y a grandes jornadas, y quedó aquí expuesto, con la
            ausencia de los españoles si todo lo que la suerte quisiere prepararme, mas
            siempre con el ánimo firme de cumplir con mis obligaciones. Estoy a la obe-
            diencia de Vuestra Señoría Ilustrísima, con el mas profundo respeto y ruego·a
            Dios guarde su vida los muchos años que deseo y la Santa Iglesia necesita.
            Livitaca veinte y tres de noviembre de mil setecientos ochenta.— Besa las ma-
            nos de Vuestra Señoría Ilustrísima su mas reverente súbdito y Capellán.— Vi-
            cente de Jarás.— Ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y
            Peralta.—


                    (Al margen: Carta del Cura de Quiquijana al Secretario de su Ilustrísima)
                    Señor Doctor Don José Domingo de Frias.— Muy Señor mío y de mi
            mayor estimación: La ciega obediencia que tengo con mi Prelado me ha res-
            tituído a esta su Doctrina de Quiquijana, donde quedo en igual conflicto y
            temor que antes, a causa de haber encontrado los atentados de aquel rebelde,
            como es el que mandase quitar el cedulón de la puerta de la iglesia y en contra-
            posición de esta, como dando a entender a esta gente, ha mandado poner en
            una esquina de las casas del cabildo un auto, en que manda que todos se hallen
            subordinados a sus órdenes, pena de la vida sin atender a otras que vengan,
            sin que en esto tengan. mis voces y persuaciones aceptación con la gente, ya
            por conocerlos de su inclinación está declarada al rebelde y así sólo me hallo
            en un horror sin igual, y porque también corre un rumor general de que una
            noche me amarren y me lleven prisionero o que me maten éstos de esta misma
            doctrina, por hallarme enteramente contraventor a aquel dicho rebelde; y es-
            tar igualmente despreciando públicamente sus movimientos y dictámenes; y
            como esto se las ofrece mal por acá ha tomado un encono conmigo declarado
            mi gente, quienes más para mayor resentimiento suyo han manifestado con
            no aportar a ninguna hora a las puertas parroquiales y asi me hallo en una
            sorprehensión tan desesperada por libertar mi vida, de esta siempre inquieto
            a escapar y salir derrotado donde Dios me ayudare, porque ninguna Doctri-
            na del Obispado se halla como esta, o ya porque se vienen indios de toda la
            Provincia de Paucartamho y se hallan en esta Doctrina, recibidos y alojados
            con todo amor, y la compañía de éstos y su comunicación los insolenta



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