Page 387 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 387
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
respectivos curatos, por ser muy necesaria la asistencia de los señores curas en
sus doctrinas en iguales casos a cuya petición espero de ascenso su Ilustrísima;
y si a Vuesa Merced no le franquease licencia véngase a este pueblo a verse
conmigo, pues tengo que comunicarle ciertos asuntos. Espero lo ejecute Vuesa
Merced, como el que Nuestro Señor guarde su vida muchos años.— Tungasu-
ca y noviembre diez y seis de mil setecientos ochenta. Beso la mano de Vuesa
Merced su muy amante amigo.— Don José Gabriel Tupa Amaro Inca.—
(Al margen: Auto)
Cuzco y noviembre veinte y cinco de mil setecientos ochenta. Por
cuanto se nos hizo presente por un mozo llamado Francisco Castellanos, una
carta que remitía el Cacique de Tungasuca, José Tupa Amaro, al Doctor Don
Vicente Puente, Cura propio de la Doctrina de Coporaque, y haberse juzgado
ser necesario y conducente al real servicio y bien del estado su apertura, reco-
nocido su contexto la remitimos a la Real Junta de Guerra, que nos la devolvió,
para proveer lo que fuere de justicia, se ponga con los autos y se dé vista al
Promotor Fiscal. Así lo proveyó y firmó Su Señoría Ilustrísima el Obispo mi
señor.— El Obispo.— Ante mi, Doctor José Domingo de Frias, Secretario.—
(Al margen: Vista Fiscal)
Ilustrísimo Señor: El Promotor Fiscal, en vista de la carta que José
Tupa Amaro, Cacique del Pueblo de Tungasuca, dirige al Doctor Don Vicente
Puente, Cura propio de la Doctrina de Coporaque, con fecha de diez y seis
del corriente; dice: que este traidor estudia cavilaciones, para hacer creer la
seguridad de la dominación a que aspira, en la sedición que tiene promovida y
al mismo tiempo conciliar faccionarios, que fomenten su temeraria empresa:
con este designio se atreve a decirle haber ya escrito a Vuesa Señoría Ilustrí-
sima, que lo restituya a su Curato, que así lo ejecute; y que no concediéndole
Vuestra Señoría Ilustrísima licencia para retirarse, parta para allá y se vea con
él, pues tiene asuntos que comunicarle. El Doctor Don Vicente es inculpado
en la provocación del Cacique y su exceso no se le debe imputar; especialmen-
te, cuando no consta de su comunicación en esta materia con él y que ni aún
llegó la carta a sus manos. Así podrá Vuestra Señoría Ilustrísima siendo servi-
do, declarar que la carta no obsta a la buena reputación del Doctor Don Vicen-
te y mandarle no la conteste, ni comunique en manera alguna con el Cacique
o lo que fuere del superior arbitrio de Vuestra Señoría Ilustrísima. Estudio y
noviembre veinte y siete de mil setecientos ochenta.— Doctor Iturrizarra.
386