Page 129 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            que viene conmigo y me cuesta el vencer enormes dificultades, confio no me
            extrañará lo corto, reduciéndome a decir a Vuestra Señoría Ilustrísima, que
            mitigo estas amarguras con ver los consuelos que me dan sus letras; con ver el
            nuevo semblante de debilidad que van tomando las fuerzas del insurgente o
            traidor Cacique de Tinta; y con ver el gran valor, espíritu, actividad y celo, por
            Dios, el Rey y del público, con que Vuestra Señoría Ilustrísima, despreciando
            los riesgos de su venerable persona, se entrega, atiende y mira, a que aquellos
            sean menores, ya por medio de las providencias que expide a sus curas·y ya
            por todas aquellas otras que le inspira su generoso, recto y justo corazón. En
            fin Señor Ilustrísimo ya parece que la alta providencia del cielo, se va decla-
            rando a nuestro favor, pues si la tibieza o timidez, que ha conseguido poner
            Tupa Amaro en los que le debieron contrarrestar desde el principio, no hubie-
            ra caído en las omisiones que cayó entonces y ha seguido después, creo que ya
            este vil estaría haciendo la memoria de su castigo, más que las providencias de
            su aprehensión y abatimiento.— Yo no estoy ahora para entrar en reflexiones
            de esta materia; estoy cercado de los correos de España y Lima, además de los
            otros propios que me llegan, casi por instantes, pues espero de la divina mi-
            sericordia hacérselas a Vuestra Señoría Ilustrísima personalmente; concluyo
            con noticiarle que vamos a salir de aquí pasado mañana treinta y uno, para
            unirse a las dos divisiones, con que hemos de entrar ahí en Ocros, sin dete-
            nernos tanto, como nos hemos detenido aquí por. falta de mulas y las débi-
            les y frias prevenciones que han hecho, para que las hubiese los corregidores
            de Castrovirreyna, Vilcashuamán y Huanta, cuya omisión ha llegado a tanto
            que he tenido, que valerme de otra persona particular, para que autorizándo-
            la, como la he autorizado, las junte en las dos últimas provincias y conduzca
            nuestra segunda División al paraje enunciado, de reunirse por que ha veinte y
            un días, que la dejamos en Ayaviri, por cuya circunstancia puede inferir Vues-
            tra Señoría Ilustrísima, cuáles y cuántos son nuestros sinsabores presentes.—
            Por último, ya vamos venciendo estos tropiezos y yo el ir a ponerme mas cerca
            de la fortuna de ver y hablar a Vuestra Señoría Ilustrísima, tanto como tengo
            que decirle sobre mi gratitud a sus favores: sobre el amor con que estimo y ve-
            nero sus heroicos hechos en la tragedia que está representando Tupac Amaro;
            y sobre los incidentes de esta, con lo demás que me salga al paso y sea propio
            de este asunto, y los demás de la felicidad de un reyno, que ha necesitado acaso
            de concluir sus antiguos males con éste, para entrar en la época de sus prospe-
            ridades y mejor régimen general. Vuestra Señoría Ilustrísima entiende todo lo



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