Page 134 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            impenetrable fuerza que le hizo variar las ideas, y hacer en el diez una preci-
            pitada retirada, cuando en la realidad se reconoció en el combate consiguió
            ventajas en la mortandad y heridos.
                    Por las noticias posteriores sabemos dirigió el rumbo hacia los pueblos
            de Acomayo y Acos, cuya cacica llamada Tomasa Tito Condemayta es su favo-
            rita, y de allí pasó al de Sangarara, que mira como teatro de sus proezas. Entre
            tanto algunos de los españoles, y mestizos que tenía en su compañía, le fueron
            desamparando, y se han retirado a sus vecindarios, y algunos caciques con sus
            partidas de indios.
                    Así propio los españoles y mestizos del pueblo de Quiquijana, y el per-
            verso cacique Sucacagua, han escrito protestando su fidelidad; y en el día me
            ha remitido el Comandante Avilés la carta y edicto de los españoles del curato
            de Sicuani, que ha sido entre todos los revelados, el que más se ha demostra-
            do en facción del Insurgente, expresando han padecido engaño en seguir sus
            designios, y que están prontos a oponérsele en adelante, y rendir la vida por
            nuestro Soberano; a cuyo fin han convocado a los del Collao para que se les
            unan, y a los pueblos de Cacha y Combapata, con los cuales estaban dispues-
            tos a sorprenderlo y a confederarse con nuestras tropas.
                    Si estas protestas son reales y no dolosas, como lo recelo, tenemos he-
            cho todo el costo al triunfo, que siempre se deberá a Vuestra Señoría Ilustrísi-
            ma, pues la noticia de su venida con el auxilio ha incutido [sic] un terror páni-
            co en todas estas gentes, de modo que más quisieran caer en manos de Túpac
            Amaro, que en las de Vuestra Señoría Ilustrísima; y así en otra ocasión aseguré
            tendría Vuestra Señoría Ilustrísima la satisfacción de César en el «veni, vidi,
            vici», hoy me adelanto a decir que le ha hecho muchas ventajas, porque sin
            haber aun venido, ni ser visto, ha vencido.
                    Anhelo por la vista de Vuestra Señoría Ilustrísima y entre tanto me
            concede el Señor esta felicidad, quedo rogando guarde a Vuestra Señoría
            Ilustrísima muchos años.- Cuzco y Enero diez y seis de setecientos ochenta y
            uno.- Besa la mano de Vuestra Señoría Ilustrísima su más apasionado amigo
            y reconocido Capellán.- Juan Manuel, Obispo del Cuzco.- Ilustrísimo Señor
            Visitador General Don José de Areche.

            (A. G. l., Audiencia del Cusco, Legajo 76).







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