Page 75 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    75.  Siempre se tuvo atencion á que se empleasen en el ministerio de
            curas, sacerdotes seculares y regulares de buena opinion y ejemplo para que
            los nuevamente convertidos aceptasen la doctrina y religion; y para que estu-
            viesen sujetos los curas á cumplir con exactitud los ministerios, se les nombró
            con calidad de poderlos mover y quitar de estos beneficios, expresándolo así
            en sus títulos ó presentaciones, como se les previene hasta el presente, de que
            hacen poco juicio, diciendo los más ignorantes que no tiene V. M. facultad
            para ello, y los más advertidos que no se da caso ni ejemplar por las muchas y
            grandes dificultades que lo embargaron, citando para ello al Dr. Solano, con
            lo que, y hallarse protegidos sus excesos por quienes debieran punirlos, han
            venido al extremo de relajacion que se ha expresado.
                    76.  No es dudable que por propia virtud ha habido y hay algunos cu-
            ras ejemplares y celosos en sus ministerios; pero son en lo general casi todos
            los que les desatienden y se aplican codiciosos á que les produzcan indebidas
            utilidades, y han introducido por diferentes medios unos abusos que pudieran
            tener, y sin duda tienen, resultas muy contrarias á la propia religion cristiana,
            como se advertirá en los puntos de este papel, sin que hayan bastado las fuer-
            tes decisiones de los concilios y las particulares ordenanzas, leyes y sinodales
            que impiden a los curas semejantes introducciones y los comercios ajenos de
            su estado y carácter; y han extendido de tal modo sus perversas granjerías
            con capas de devocion y culto, que dan en rostros áun á los ménos cristia-
            nos, y abren campo a infinitos males que les han disimulado y consentido
            sus propios prelados por los motivos que se apuntarán en su lugar, y tambien
            los han tolerado los corregidores, áun compitiéndoles por las mismas leyes y
            ordenanzas su inmediato reparo; cuyo disimulo han hecho, porque á ellos nos
            les descubran los curas sus defectos, y son consentidores unos de otros a costa
            del padecimiento de los infelices indios.
                    77. Demas de la cantidad señalada por sínodo á cada cura, que ésta
            fué respectiva á los indios tributarios, de cuya guerra se deduce quedaron á su
            favor los demas derechos y obvenciones que pudieran producirles los indios
            caciques, nobles y principales, y los españoles y mestizos que hubiesen de ave-
            cindarse en los pueblos, para cuya base se formaron aranceles sinodales, y los
            obispos de cada diócesis los han repetido y mandado observar, encargando
            generalmente los pongan en las puertas de las iglesias para que sean patentes;
            pero no había cura que esto haya observado ni que se arreglase á ellos, ni de
            ciento uno que tenga noticia de tal arancel, como que hay de ello experiencia



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