Page 682 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
                                                              Oficio de visita de Jorge de Escobedo
            arribo, ó en los últimos de su partida, ya hoy les es difícil uno y otro, y no se
            omite precaucion ni diligencia para desterrar el contrabando, y aunque por lo
            mismo, y mucho más por la emulacion del administrador de la aduana, que
            no supo con gusto las facultades del comandante, ni el que el resguardo esté
            independientemente de las suyas, han sobrevenido disputas y quejas; á todas
            he ocurrido, y me reservo para instruir á V. E. de ellas con documentos, luégo
            que estén concluidos los que debo acompañar.
                    Con igual teson llevé mis providencias á las oficinas de fuera de esta
            capital, y conociendo lo que el Rey perdia en que los oficiales Reales cuidasen
            de un ramo que les era imposible atender con la escrupulosidad que pide la
            multitud de partidas que forman su vasto giro, fué todo mi conato erigir ofi-
            cinas en que se recaude con separacion de aquellos ministros, y en esta clase
            merece el primer lugar la aduana de Arequipa por los accidentes funestos con
            que, fundada el año de 80, se extinguió á los primeros movimientos de reino
            que podian presaguiar algun mal suceso en su restablecimiento; pero aunque
            las circunstancias eran tan críticas, yo lo emprendí, y los medios políticos que
            empleé, no sólo lo consiguieron, sino que tambien hicieron aquellos habitan-
            tes dar muestras de subordinacion, respeto y amor al Rey, en cuyo testimonio
            dispuse sus ánimos, para que ellos mismos solicitáran la nueva oficina, segun
            habrá visto V. E. por mi informe núm. 259 y otros posteriores, y siendo ésta
            una empresa que pondré siempre entre las más difíciles de mis comisiones,
            tengo el gusto de que continúe con general aceptacion, y de que, sin embargo
            de las condescendencias prudentes que por lo mismo han sido indispensables,
            sean ya visibles los aumentos que el ramo tiene en sus valores.
                    En el mismo obispado de Arequipa habia en Moquegua. una recepto-
            ría de alcabalas, pero sujeta y dependiente de los oficiales Reales de la capital.
            Sufria el mismo atraso que  el manejo de éstos, y por tanto hube tambien de
            examinar sus productos y demas circunstancias, y en vista de todo mejoré su
            situacion, poniendo una formal administracion que por sí sola  se gobierne, y
            así  corre desde Junio  del año pasado, como hallará V. E.  en  el testimonio del
            Reglamento y providencias que dí, y hoy remito por  no haberlo traido ántes el
            escribano, y en Arica dejo yo  ántes dicho los motivos que  me inclinan á creer
            inútil aquella caja Real, y que en  su lugar debe subrogarse una administracion
            de  alcabalas, lo que á su tiempo podrá verificarse sin necesidad  de la visita,
            que  cumple con  dejarlo insinuado para  que cualquiera  superintendente





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