Page 53 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
una autorizada rapiña que se intenta proporcionar con el permiso de V. M., de
que abusan con insolente desacato.
21. Atendida la Real intencion de V. M., parece que el fin del permiso
fué la habilitacion de los menesterosos, y que los corregidores pudiesen darles
ganados y aperos de labor, fiándoseles por medio año, y por otros diferentes
plazos á cobrar, no en dinero, sino en los propios frutos que da el país, que
son palabras literales y expresadas las Reales instrucciones que se dan á los
corregidores, pues esta prudente concesion está viciada en todo su concepto,
porque tan léjos están de dar habilitacion á los que la necesitan, que cuando
ocurren á sacar repartimiento algunos que no tengan conocidos bienes, se les
escasea y niega, y sólo se les obliga y empeña á los que los tienen con el fin
de quitárselos, y los que son pobres por haberles destruido los corregidores,
quedan libres ó exentos y en quietud en sus retiros.
22. Ya se habrá comprendido en este modo de proceder cuán desme-
didamente faltan á la prevencion cautelada de que pusiesen aranceles para
que fuesen notorios los efectos y los precios, y que no hubiese excesos en uno
ni otro, y cuánto desprecio han hecho de las penas impuestas, que hasta aquí
no se han verificado en ninguno, ni mediado denuncias del delito, de que se
pudiera esperar la correccion para el escarmiento y el útil del Real interes en
la contribucion del mayor importe de la cantidad asignada, cuyo dolo debiera
castigarse severamente, pues crece la culpa cuando se atiende al objeto que se
comete.
23. Conocido por los vecinos indios y mestizos de los pueblos que por
la posibilidad de bienes se les mide la cantidad del repartimiento, dejan de
aumentar sus sementeras, omiten las crías de sus ganados, y procuran ocultar
éstos, fingiendo arrendamientos de personas de algun respeto, cuya diligencia
les sirve de pension de ocultar al que les guarda el secreto de pertenecerle el
ganado, y muchos les faltan á la confianza por adular al corregidor, por lo que
ni cuidan de fabricar sus casas, ántes al contrario, todo el empeño le ponen en
disminuirse, y así la casa que se arruina, la reducen á una choza, y se observa
por esto que no hay al presente pueblo alguno que no tenga un tercio de sus
casas deshechas y despobladas, y sin duda se verá su desolacion si no se pone
reparo á éste y los demas daños.
24. Pero todavía el dar los corregidores los efectos con tantos visos en
el modo y la substancia, es menor agravio que el que practican en su cobranza,
pues en esta proceden tan violentamente, que sin guardar tiempo ni dar más
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