Page 51 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
sea útil ó no, á los provincianos, haciéndoles tres agravios de contado, uno en
la violencia con que le hacen recibir, otro en el efecto inútil que da, y otro en el
mayor precio que lo pone, á correspondencia del medio de su compra.
16. Para conseguir la total reparticion de estos efectos se vale el corre-
gidor que entra de las noticias del que acaba, ó de los ministros que ha tenido,
que regularmente son de perversas propiedades, que por ellas, ó la adulacion,
forman listas de los habitantes en los pueblos, dotaciones y estancias, regulan-
do la posibilidad que tienen con el valor de sus bienes, y á correspondencia
ellas le ponen á cada uno un monton de efectos, surtiéndolos con los inútiles
que recibieron en las tiendas, y se les hacen llevar sin que haya resistencia ni
representacion que baste á impedirlo, porque al que se excusa se le apremia
con cárcel, y ha habido corregidor que obligue á palos, como sucedió en un
pueblo cercano al Cuzco con un hombre español, que por resistir al segundo
repartimiento, á que quiso forzarle el corregidor, recibió muchos palos, le pu-
sieron en prision sin permitirle alimento alguno, y al tercer dia le sacaron de
ella casi muerto, y queriendo el infeliz pasarse á otro pueblo de donde era ve-
cino, murió antes de llegar á él, y desfiguró el corregidor el suceso mandando
á su dependiente hiciese autos que calificasen haber muerto de la caida de
un caballo, para que no se extrañasen los cardenales de los palos. Bajo de
estas circunstancias y otras de mayor temeridad, proceden los corregidores
al repartimiento, y los caciques en quienes es costumbre entregarles los géne-
ros para que los expendan en sus respectivos pueblos, abusan de la comision,
repartiendo efectos suyos, y vengando sus pasiones particulares, no sólo con
hombres, sino con mujeres que los han disputado por guardar su honor y el
de sus hijas, y con este método, acaban en ocho dias provincias en que entran
más de 2.000 pesos; y á la inutilidad de los géneros se sigue la de la cantidad,
sin reparar en que podrán invertir una vara de tafetan ú otros géneros, miran-
do sólo á completar al miserable el número en que lo tienen apuntado, sirvan,
ó no en calidad y número de varas.
17. Por este medio distribuye el corregidor en cada pueblo la cantidad
que quiere, sin reserva de los ausentes como tengan alguna casita ó ganado,
porque les entregan á sus parientes ó vecinos los montones de géneros; ni las
viudas y solteras, pues segun sus ejercicios les gradúan las cantidades, sin que
á individuo alguno se le exija el precio y valor de cada especie, sino el monto
de lo que lleva.
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