Page 50 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Representación de la ciudad del Cuzco
12. Estas precauciones se quedaron en sola prevencion, porque apenas
se hallará corregimiento que se haya sujetado á su cumplimiento, y consistien-
do en ellas la regla para que no hubiese agravio á los provincianos, y se conoce
el que les han ocasionado en el mayor número de efectos, en los inútiles no
comprendidos en el permiso y en los precios arbitrarios que les han impuesto,
y ha sido audaz atrevimiento quebrantar tan inmediatamente las superiores
órdenes que expresamente se les han dado por instruccion, en la misma opor-
tunidad de concederles el comercio.
13. Está manifiesta en esta violación y desobediencia la traición hecha
á la soberana condescendencia en libertarles de las penas de las leyes que les
prohibian el comercio, y la infiel ocultación de los Reales haberes, pues de-
biendo satisfacer el Real derecho de alcabala de toda venta, han defraudado
la que corresponde á la mayor cantidad de ella, que reparten en aumento á la
tarifa, excediendo algunos corregidores en otro tanto de la asignacion.
14. No hay duda que si se hubiesen arreglado los corregidores á lo
dispuesto, llevando á las provincias los efectos asignados sin exceso, para que
los sacasen voluntariamente los que necesitasen, y hubiesen actuado su co-
branza en tiempos señalados, como son los de las cosechas, sin la destemplada
precipitacion de ejecuciones en cárceles y obrajes, húbiera sido conveniente
el permiso; pero habiendo sido con insaciable fuerza y codicia la práctica de
la venta y su cobranza, como se hará ver en este papel, se ha calificado este
perverso arbitrio por uno de los más temerarios pensamientos que se le pudo
ofrecer al mayor enemigo de Dios y de los hombres, y vamos á demostrar el
manejo para el conocimiento de los daños.
PUNTO SEGUNDO.— QUE MANIFIESTA EL MANEJO DE
REPARTIMIENTOS Y MODO DE SU COBRANZA
15. Luégo que un corregidor se dispone para pasar á su destino, busca
en la capital los géneros y efectos que ha de llevar á la provincia, y como gene-
ralmente no tiene caudal para comprarlos de contado, se lo dan en los alma-
cenes y tiendas al fiado, con mayor precio que el cordente, surtiéndoselós de
aquellos inútiles que llaman dragones los comerciantes, y no pueden vender, y
los denominan de corregidores, ó por mejor decir, para engañar á los indios;
déjase conocer que contraida aquella deuda han de procurar los corregidores
la paga; y como ésta ha de salir del mismo efecto que causó la deuda, le reparte,
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