Page 403 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
perador Marco Aurelio, de quien dicen sus historiadores, aun con repug-
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nancia del sacro Senado Romano, extendió su real manta hasta los cautivos
cristianos, sin más gloria que ponerlos a salvo. Finalmente es Vuestra Seño-
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ría Ilustrísima el verdadero sacerdote y Pontífice Onías, que a brazo abierto,
en campaña, se puso en la puerta del templo a defender el Santa Santorum, la
inmunidad eclesiástica y el sacro erario, que los enemigos, aún maquinándole
la muerte, quisieron avanzar; más con el auxilio que el mismo Dios le envió
de los cielos, dió con Heliodoro en tierra, y puso a salvo a todos. Por esta ilus-
tre acción el Espíritu Santo, en pluma del Eclesiastés, le epilogó sus elogios
diciendo:
PAX ETERNA
Simon Onie filius sacerdos magnus,
qui in vita sua su fulcit domun;
et in diebus suis corroboravit templum.
Quasi stella matutina in medio nebule,
et quasi Luna plena in diebus suis.
Et quasi Sol refulgens in templo Dei;
quasi arcus refulgens inter nebulas glorie;
quasi flos rocarum in diebus vernis;
quasi lilia que sunt in transitu aque;
quasi thus redolens in diebus estatis;
quasi vos auri solidum ornatum omni lapide pretioso.
(Ecles. Cap. 5.)
¿Quién dirá que este misterioso epitafio, en cada ápice, no habla de
Vuestra Señoría Ilustrísima, como expondré después? Y que es el verdadero
Onías, no sólo en sus laudables hechos, sino aun, en los trabajos y contratiem-
pos, que con tanto dolor y sentimiento de sus amados súbditos, tolera Vuestra
Señoría Ilustrísima, por defender, brazo abierto, en viva campaña la inmu-
nidad eclesiástica, aún quizás con la muerte maquinada, sufre, tolera y gime
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183. Su historia es muy admirable, y sus nobles y leales hechos; y en un gentil es muy de notar. [nota del autor]
184. Decía que los cristianos, yéndose a sus tierras serían prisioneros de su fama y caridad. En los emperadores romanos era señal de
perdón. Nuestros reyes y señores, el día de Viernes Santo, ponen su real mano en las causas criminales, a tiempo de adorar la Santa
Cruz, y en cuantos tocó todos quedan perdonados. [nota del autor]
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