Page 398 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
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            roso el llevar adelante la Real Orden, que por muy consciente había tomado
            contenerlos y sosegarlos, que lo contrario sería perder la fe a Dios y al Rey, a
            que también Su Señoría Ilustrísima, como su abrasado Fénix, había de concu-
            rrir en su defensa,  como son la mayor bizarría lo practicó en Buenos Aires,
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            cuando el Excelentísimo Señor Ceballos, primer Virrey, defendió la Corona.
            Dejaríase vencer Vuestra Señoría Ilustrísima de este buen razonamiento, pero
            con mayor ímpetu le convenció su amor y su obligación pastoral, le arrojó a
            que sin dar lugar a estos lenitivos afectuosos ni persuasiones amistosas, otro
            que el amoroso Jacob, se resolviese a salir en busca de su desgraciado José,
            aunque fuese hasta más allá del sepulcro con esta resolución, imitando al ver-
            dadero Pastor Nuestro Señor Jesucristo, diría Vuestra Señoría Ilustrísima: ego
            connozco oves meas et connoscunt me nieg;  y confiado en el Padre de las
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            Misericordias, de que sus ovejas habían de volver a su aprisco, empezó Vues-
            tra Señoría Ilustrísima, por medio de sus ministros, a dar sus silbos amoro-
            sos,  a sonar el traquido evangélico, a cuya armonía empezaron a balar los
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            corderillos, y los lobos carniceros determinaron dejar la presa sobresaltados.
            Para cuyo resorte y mejor giro, después de ofrecer a Dios su vida en sacrificio,
            ocurrió Vuestra Señoría Ilustrísima esta América meridional;  e impuesto
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            en las causales de su informe todo lleno de confianza en la gran caridad de
            Vuestra Señoría Ilustrísima, no sólo se dignó considerar el indulto general a
            los indios del común, sino aún a los principales insurgentes, bajo palabra real
            y con restitución a sus anticuadas posesiones, para que así no desconfíen de la
            Real Clemencia.
                    Recibió Vuestra Señoría Ilustrísima estos pliegos, y al punto, al ins-
            tante, dándosele alas de águila al portador, como a aquella misteriosa mujer
            del Apocalipsis, hizo poner Vuestra Señoría Ilustrísima este favor tan grande
            en manos de los desgraciados y reincidentes Diego (Túpac Amaru), Mariano
            (Túpac Amaru), Andrés (Mendigure) y otros aliados suyos, que a la sazón se
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            170. En Buenos Aires sirvió Su Señoría Ilustrísima a Su Majestad con treinta mil pesos, cuando el Excelentísimo Señor Ceballos
            combatió las colonias. Este Señor es el primer Virrey que tuvo Buenos Aires; en este tiempo estuvo el Excelentísimo Señor Guirior
            gobernando Lima. [nota del autor]
            171. Ioan. 10-14. [nota del autor]
            172. Mil diligencias hizo su Señoría Ilustrísima para sosegar a los indios, valiéndose de varios españoles e indios, quienes hacían pasar
            las cartas pastorales. Vió su Señoría Ilustrísima la grande pérdida de los indios, y movido de caridad se resolvió a pasar personalmente
            al Collao; supieron los indios y lo esperaban por horas, para que todo se acabara. Mucho es lo que los indios veneran a su Señoría
            Ilustrísima, según tengo visto y reparado en varias visitas del Obispado. [nota del autor]
            173. El actual Señor Virrey que gobernaba fué el Excelentisimo Señor Don Agustín de Jáuregui. Estaba su Excelencia para embarcarse.
            cuando dentro de pocos días murió. [nota del autor]


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