Page 343 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Aun hubo muchas Personas del bello sexo, que apoderadas de las Tri-
bunas, quisieron saber, si se parecian estas Lides a las que tanto las divirtie-
ron en la Plaza; ó si se mesclaban algunas mascaras de danza; ó en fin si el
bochorno de los Replicantes, les ministraba alguna especie de vistoso fuego
de artificio. No les faltaron bocados que aprovechar: pues todo lo que dixo el
idioma que ellas penetran, les parecio de buen gusto. Tambien añadian que
el Latin les sonaba harmoniosamente al oido; y expresaron su sentimiento de
que el sexo las separase de las Letras con que podian llenar mil vacios allá en
sus familias; y las apartaria un poco de aquella Biblioteca, que como dixo un
Discreto tienen en sus Tocadores, donde aprenden a defender esas Tesis de
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que suelen hazer su bien seguido sistema de afectos.
Desde las dos de la tarde, empezo en la principal Tribuna la musica
militar de la Tropa, que siendo hoy en la Ciudad la del gusto, no se reputa
cumplida una solemnidad, en que tambor, timbales, trompas, pifanos, y clari-
netes, no costean el concierto. En el medio del General se colocó, sobre dos al-
mohadas de terciopelo carmesi, franjeadas de oro, y ricos tapetes de lo mismo,
una grande Tarja de plata, de veinte marcos de obra pulida en que se veian de
hermoso relieve las imagenes de los Señores Oidores en Togas, y en aptitud de
formar Tribunal. Aparecia por un lado el Dedicante en el traje propio del Co-
legio, y en ademan de presentar respetuosamente la Tesis. Baxo de una Corona
Real en que remataba por la parte superior la Tarja, se veía del mismo relieve
el Real busto del Rey N. Señor; al lado derecho el escudo de sus Reales Armas;
y al siniestro el de las Armas de la Ciudad; y en el extremo inferior, la del Real
Colegio de San Bernardo que consagraba estos respetos. Todo el circuito de
la Tarja, se veia guarnecido de una espumilla de dos dedos de ancho, de un
fino encaxe de oro, que la hazia vistosa orla, con una brillante lazada de una
cinta de quatro dedos para suspenderla y asegurarla. La incripción que tenia
el centro de la Tarja era esta.
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Atque Tuo Leges, dictat ab ore suas.
Celsissimo at que Potentissimo Auditorum
Regio Senatui,
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165. Caraccioli, Jovissance du sol meme. c. 6. (Nota omitida en la ed. de 1795).
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