Page 299 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                               Tutior, et possent fallere plana magis;
                           Nec trepidant gressus; sed de discrimine palme
                              Securus puer est, solicitumque pecus.
                                                                  132

                    Las corridas de toros que en esta ocasion dispuso la Ciudad, tuvieron
            toda la grandeza que en tales casos se acostumbra, y toda la sal de jocosidad
            que suele mitigar lo que hay de terrible. Tres fueron los dias que para ellas se
            dedicaron, el 17, el 18 y el 19 de Noviembre, en que ya las nubes amenazaban
            con descargas de lluvias, pero en estos dias quisieron enmendar la indiscre-
            cion que tuvieron en el de la recepcion del Real Sello.
                    La Plaza de Regocijo que tiene dimensiones suficientes para estos es-
            pectaculos, y no mui prolongadas para que la vista no se agote en sus alcances,
            se cerco y clausulo con barreras bien formadas con la simetria que era posible,
            y con las decoraciones de varios coloridos que las hacian mas vistosas. Quatro
            ordenes de estancias, vestian los quatro costados de la Plaza; ventanas, bal-
            cones, tablados, y unos enrejados que entre el suelo ultimo y los inmediatos
            tablados se dexaban. Las dos primeros ordenes se vieron ocupados de la no-
            bleza y de las personas que ó por sus facultades ó por sus empleos, ó por su
            lustre gozan de mas decoro. Eran los tablados para los que no arribaban a esta
            clase, y por esto mas capaces de contener a la multitud. que sin embargo se
            veia abundar mucho mas en los ultimos asientos que abrian su vasto seno a las
            interminables avenidas del populacho.
                    Las ventanas, galerias y balcones se entapizaron, de colgaduras, corti-
            nas, cenefas, y costosos paños de tisues, brocados de oro y plata de terciopelo
            ó damasco, y de lo demas que ó la suntuosidad ó el arte ostentar en tales telas.
            Los tablados se adornaron conforme al gusto y posibilidad de los que los lle-
            naban. Sillas, taburetes, canapes, sofas, coxines, tapetes, de fina fábrica, y otros
            muebles de labor exquisita, eran su aparato. La Plebe se alojaba de modo que
            tal vez la comodidad se desentendia al favor de la complacencia del especta-
            culo.


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            132. En este texto se han corregido algunos errores de transcripción que, al parecer, tenía la primera edición. Su traducción es: «Ob-
            serva como la turba insulta a los apacibles novillos / Y sus formas que el dócil toro ama / En los elevados cuernos aquí pesa, errante él
            con sus espaldas corre y ventila el arma de todo buey / En otros momentos, la fiereza calmada se difunde; no es la arena más protectora
            y pueden caer los pasos; pero en intervalos se avanza con el vástago. / Seguro está el muchacho y el rebaño inquieto.» [Traducido por
            Víctor Córtez Barrionuevo].



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