Page 180 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Informe relacionado del Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad del Cuzco
estaba inmediato, y reventando éste, le maltrató y arrojó de modo que hubo
de caer al rio, y habiéndoseles conducido á esta ciudad, fué curado á costa de
cortarle el brazo derecho, con cuya falta ha quedado, habiendo empleado su
persona con empeño en servicio de V. M. Con estas y otras várias multipli-
cadas providencias que daba el visitador á todas partes, se mantuvieron estas
providencias sin mayor novedad, miéntras el ejército corria las del Callao y
al mismo tiempo atendia este jefe ministro á la variedad de asuntos de su
comision, y en algunos incluyó á este cabildo y sus jefes, que cuidaron todos
de sus prontas expediciones, y experimentó los efectos de las más fieles opera-
ciones de esta ciudad, de que vivió satisfecho, como lo estuvo recíprocamente
el vecindario de la sagacidad y prudente conducta de su manejo. El ejército,
siguiendo las disposiciones de su advertido y experimentado general, llegó
hasta la villa de Puno, resistiendo muchas ventajosas funciones, en que se de-
rramó bastante sangre, tranquilizando los pueblos, empeñado á perseguir á
Diego Tupac Amaro y sus dos sobrinos Mariano y Andres, que corrian con los
partidarios que tenian los extraviados caminos y rumbos que les convenian. Y
no pudiendo ya nuestro ejército seguir adelante por muchas incomodidades
que padeció la tropa, la crecida desercion que hubo, y la estacion que impedia
el permanecer en aquellos parajes, tomó la resolucion de volver á esta ciudad
á tomar cuarteles para su reparo, y sacando de la misma villa de Puno sus ha-
bitantes para que no quedasen expuestos al rigor de aquel inhumano enemigo,
se condujo con todos, y llegó aquí el dia 4 de Julio de 781. Consultados sus
asuntos el General mariscal de campo y el visitador, resolvió éste restituirse
á la ciudad de Lima, donde le llevaban los graves negocios de su ministerio,
como oidor ministro, quedando el total mando al cargo y cuidado del mariscal
de campo, y manteniendo éste á su lado al coronel D. Gabriel de Avilés, exten-
dian sus atenciones á extender muchas eficaces disposiciones y órdenes para
asegurar la quietud de los pueblos, y contener los frentes del rio Villcamayo,
que se hallaban sin reducir, y principalmente los indios habitantes de las gran-
des punas, de la cordillera de Ausangate y Lauramaca, de la provincia de Quis-
picanche. Llegó á este tiempo el corregidor para ella D. Raimundo de Neco-
chea, sujeto de la mayor actividad, valor y prudente conducta, que haciéndose
cargo de la comandancia de ella y seguridad de sus puentes, se le ofrecieron
algunos acaecimientos, saliendo á perseguir los rebeldes por la parte de Urcos
y Quiquijana, en que tuvo felices sucesos, con los que contuvo á los rebeldes
y triunfó siempre de ello en las sucesivas ocasiones que se le proporcionaron;
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