Page 184 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
                                    Informe relacionado del Cabildo,  Justicia y Regimiento de la ciudad del Cuzco
            aquel distrito, acordaron los graves negocios de la pacificacion de todas las
            provincias de ambos vireinatos, y los medios de tenerlas guarnecidas, hasta
            reducirlas á la más segura tranquilidad y obediencia. Miéntras duraron aque-
            llas precisas estaciones del ejército, se mantuvieron esta ciudad y sus provin-
            cias sujetas al advertido mando del comandante Avilés, sin que se ofreciese
            novedad en ellas, y sólo los habitantes del partido de Lauramarca y cordillera
            de Ansaugate seguian en su obstinacion por mantenerse en la posesion de
            los ganados que habian robado de las haciendas de españoles, y escondido en
            los escabrosos cerros de la cordillera, sin que los pudiese acabar de reducir
            la activa eficaz diligencia del corregidor Necolchea, lo que obligó al General
            mariscal de campo, en su regreso en el ejército, á transitar por alguna parte de
            aquellas desapacibles situaciones, y reconocer el partido de Pancartambo, y
            consiguió allanar á muchos de los habitantes rebeldes, que ofrecieron restituir
            los ganados, con lo que verificó su entrada colmado de triunfos el dia 4 de
            Agosto de 782, trayendo consigo al indultado Diego Tupac Amaro. Descan-
            sadas las tropas que volvieron de esta segunda expedicion, fueron despedidas
            para que se restituyesen á sus territorios, bastando ya aquí las propias de esta
            ciudad con las auxiliares de Lima, y algunas de las provincias inmediatas para
            su resguardo, y los destacamentos que se han considerado precisos en algunos
            parajes de toda la frontera del mencionado rio Vilcamayo, que duran hasta
            el presente, sin embargo de la tranquilidad. Deseaba el mariscal de campo
            reconocer personalmente los pueblos de la Quebrada de Calca para advertir
            sus reparos, por las muchas entradas que habian hecho en ellos los rebeldes de
            sus altos, y al mismo tiempo concederles el perdon que muchos de ellos soli-
            citaban, y determinó pasar á esta conveniente diligencia, llevando de escolta el
            regimiento de caballería ligera de Allende. Pero se le desvanecieron sus de-
            seos, porque en la primera jornada que hizo en el sitio nombrado Paullo, se
            sintió gravemente enfermo, y fué preciso se restituyese en hombros ajenos á
            esta ciudad, donde falleció el dia 4 de Setiembre, y quedando el mando de las
            armas, como estuvo ántes, al cargo y cuidado del coronel Avilés, practicó éste
            aquella prevenida disposicion, pasando al pueblo de Calca, y dejó contentos y
            apercibidos á los indios, que se congregaron al perdon, con advertidos encar-
            gos á los curas y á la tropa de guarnicion, que estaba alli al mando del coronel
            de aquella provincia D. Isidro de Paz, quien ha cumplido y desempeñado su
            obligacion. Noticioso el Virey del fallecimiento del mariscal de campo, encar-
            gó de nuevo el mando general de las armas á su antiguo comandante el mismo



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