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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
la sedicion que se habia incrementado en aquella guarnicion contra su jefe y
oficiales. No se omitió por el Virey de Lima providencia conducente á la ente-
ra pacificacion de las provincias, y con maduro acuerdo resolvió se publicase
un nuevo indulto y perdon general, incluyendo en él á Diego Tupac Amaro,
sus sobrinos y á los demas que hicieron cabeza en el rebelion; y publicado éste
en todas partes tuvo él efecto de admitirse por aquéllos. Escribió cartas aquel
rebelde al General mariscal de campo, pidiendo algunas seguridades del cum-
plimiento del indulto, desconfiando su maliciosa cavilacion en que pudiera
dejar de obedecer y guardarse por los jefes subalternos y los corregidores en
ofensa de la superior determinacion del Virey y de la Real palabra con que se
afianzaba, concediéndosele como lo pedia, y se redujeron á bajar al pueblo de
Sicuani, que se aplazó para una solemne absolucion de sus criminosas culpas
y enormes delitos. El General se resolvió á pasar á la conclusion de este acto,
y dejando el reparo de esta ciudad y sus provincias á su conocido comandante
D. Gabriel de Avilés, se puso en marcha, y se ofreció á acompañarle, como
lo hizo, el reverendo Obispo, deseoso de ver si su pastoral representacion y
respeto conseguia la reduccion de estas perdidas ovejas, y que á su ejemplo lo
hiciesen los secuaces que tenian en los términos del Callao; llevó el General
nueva tropa aumentada de las provincias de Guanta, Lucanaz y Parinacochas,
con la que habia descansado de la anterior expedicion, y la que tenia Balcárcel
en Guaraypata, y en el citado pueblo de Sicuani se verificó el presentarse Die-
go Tupac Amaro, que fué perdonado, haciendo caucion por sus dos sobrinos
que demoraron su venida, y habiendo hecho el debido juramento de fidelidad
con todas las demas precisas prevenciones que constarán en la actuacion, se
restituyó el reverendo Obispo á esta ciudad y el coronel D. Matías Baulen á
posesionarse en el empleo de corregidor de ella, y determinó el General seguir
con el ejército á pacificar aquellas provincias hasta las inmediaciones de la
ciudad de la Paz, llevando consigo á aquel renovado vasallo, y sin embargo de
la reduccion de éste, se mantuvieron tenaces muchos de los rebeldes secuaces
suyos con sus comandantes y cabezas, que haciéndose fuertes en los cerros y
parajes escabrosos, fueron batidos y presos, por la constante fatiga y empeño
del General mariscal de campo, que hizo justicia de muchos á presencia del
mismo Diego Tupac Amaro, y entre ellos, los más alentados caudillos Cár-
los Puma Catari, Pedro Villca, Apasa, Alejandro Callisaya y otros, con lo que
avistándose el General en el pueblo de Ancoranyus, provincia de Omasuyos,
con el presidente de Chuquisaca D. Ignacio Flores, que mandaba las armas de
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