Page 185 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Avilés, que acostumbrado á los aciertos, fueron sucesivos en él, debiéndose á
su celoso empeño el cumplimiento de la tranquilidad y quietud que hoy goza,
como se dirá. Supo y observó este comandante que habiendo tomado Diego
Tupac Amaro y sus sobrinos Mariano y Andres por situacion y residencia el
pueblo de Sicuani y el de Tungasuca su antigua habitacion y su hermano Josef
Gabriel, donde fué el trágico suceso con que empezó el rebelion, eran visita-
dos de gentes forasteras y de las circunvecinas que le prestaban obediencia, le
denominaban su gobernador con el nombre de lnga, que las admitia y daba
providencias, como si tuviese mando; que pasó al partido de Lauramarca, en
la provincia de Quispicanche, aunque acompañado del corregidor de Tinta D.
Francisco Salcedo, con el pretexto de afianzar en la fidelidad algunos de los
habitantes, entre quienes manifestó autoridad y dejó secretas disposiciones,
que despachó despues á sus sobrinos Mariano y Andres al mismo paraje y
pueblo de Marcapata con el aparente motivo de aprontar maderas para el fuer-
te que se construia en Sicuani y se apadrinaban el pasaporte del mismo corre-
gidor Salcedo; que éstos fueron recibidos allí con demostraciones de aplausos
y festejos de los naturales; que estas y otras aclamaciones daban á conocer fo-
mentaban ocultas prevenciones; que se condujeron los mencionados sobrinos
á esta ciudad, donde ostentaban orgullo y ejecutaban atrevidas resoluciones,
que les fueron notadas y reprendidas del corregidor D. Matías Baulen, prin-
cipalmente un desacato cometido en un monasterio de monjas, de que dió
cuenta al Virey; el mismo Diego Tupac Amaro venía frecuentemente á esta
ciudad, donde gastaba con profusion, y que su sobrino Andres tuvo la audacia
de hacer exequias á los parientes viles ajusticiados, con otros varios altaneros
manejos, que todo era acorde con el espíritu sedicioso que les animaba, lo que
hicieron patente el comandante Avilés y corregidor Baulen al Virey de Lima
con advertidas reflexiones. Por otra parte, el corregidor de Quispicanche D.
Raimundo Necochea advertia otros excesos en los caciques de su jurisdiccion
en el partido de Marcapata y Lauramarca, cuya obediencia era aparente, pues
éstos echaban sus pregones para mantenerse en posesion de las haciendas y
sus ganados sin restituirlos á sus legítimos dueños, reteniendo tambien las
armas que se sabía tenian en su poder, y sólo le remitian muy pocas de las
inútiles por descompuestas y quebradas, con otras observaciones, de todo lo
cual daba frecuentes noticias este corregidor al comandante. Todas se le pa-
saban por éste al Virey, y las reproducia el corregidor Baulen de lo que por su
parte reconocia del manejo de Diego y sus sobrinos con altas consideraciones
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