Page 323 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José de la Riva Agüero
Valiendose de que su miseria, y la necesidad de satisfacer á sus acreedores
le han traido á América con la mira de impetrar del Congreso licencia para venir
á vindicarse, y volver despues á Europa á descansar con el producto de la venta
de sus bienes, se ha ocupado esclusivamente en encender el fuego de la sedicion
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disponiendo los ánimos por medio de folletos y ajentes, tocando el horrible estre-
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mo de provocarlos al asesinato del segundo funcionario de la República, segun lo
acredita una carta de su puño y letra escrita en cifra que corre agregada á la causa
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que se sigue sobre esta insigne criminalidad.
Su regreso, pues, en tales circunstancias sería la reseña del desórden, y
ocasionaria inquietudes, de que siendo partes ó instrumentos ciudadanos incau-
tos é imprudentes, seducidos por ese jenio artero y turbulento colocaría al Eje-
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cutivo en la dolorosa e inevitable posicion de perseguirlos y escarmentarlos con
ejemplares sangrientos á que no quiere recurrir, y debe evitar oportunamente, no
conviniendo en que D. José de la Riva-Agüero pise por ahora el Perú.
A él mismo le es conveniente que se adopte tal determinacion, porque es-
tando iniciado su proceso y habiendo cargos mui sérios contra él, debiera arrestar-
sele asi hasta el resultado de la causa, que verosimilmente no le sería favorable. 12
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7. La prueba incontestable de la falsedad de este aserto es, que á pesar de la gran opinion con que me honran mis conciuda-
danos, y de un sin número de cartas que recibo de todos los puntos de la República en las que me llaman para que los redima
del insoportable yugo de esa administracion despótica, prefiero un juicio segun las leyes, y clamo incesantemente por él.
8. Mi Memoria y su Suplemento no merecen el nombre de folletos, y sí los infamatorios é injuriosos que á cada momento publica
contra mí ese gobierno ó sus ajentes. Si ellos se ocupan exclusivamente en encender el fuego de la sedicion, ¿porqué me dicen el
Presidente y ministros que los han leído con sumo agrado é interes, confesando su mérito é importancia?
9. Yo no he provocado al asesinato en esa carta: puedo, sin desdoro de mi reputacion, repetir lo que allí dije: que mientras Fuente no
espíe en un cadalso sus enormes crímenes, no habrá en el Perú órden ni libertad. En efecto, el órden y la libertad nacen del respeto
á las leyes, ¿y como podran éstas tener fuerza en un pais cuyo gobierno es hijo del insulto mayor y mas escandaloso que ha podido
hacerseles? Es una cosa bien ridícula hacer valer que yo escribia en cifra lo que quieran suponerme, pues teniendo el traidor Fuente
en su poder la clave, facil le es poner lo que quiera y atribuirmelo á mi. Contestaré con el profeta David — «Con repetidas calumnias
me pagan los beneficios, y mi amor á la justicia es todo mi delito para ellos».
10. ¡Jenio artero y turbulento me llama el gobierno del Perú! ¡El gobierno abortado por las arterías y turbulencias! ¡Risible cosa en
verdad!
11. Si yo hubiese de sufrir un arresto por haber defendido la libertad é independencia del Perú, ¿qué merecerán los que la han
vendido al enemigo, los que por sacar fruto se prostituyeron á él y dejaron que se coronarse? Todo se sabe: en el juicio se verá quienes
merecen la execracion y aun el cadalso mismo.— Dice mui bien al intente el ilustre Mr. Droz. — «En medio de las borrascas políticas,
¿adonde conducen el amor del bien, el sacrificio, el heroismo? A la miseria, al cadalso; mientras que la bajeza tiene cerca de todos los
vencedores un salario asegurado».
12. Si hai cargos mui serios contra mi, y... el resultado de la causa verosimilmente no me sería favorable, ¿porqué no se me admite en
ese juicio? ¿porqué ese temor de que yo me presente en un tribunal? Mas, ¿para qué pregunto lo que todo el Perú y el mundo sabe?
Porque no son capaces de sostener en mi presencia lo que vociferan escudados de la distancia, y escondidos en los muros de un palacio
erizado de bayonetas: porque no se atreven por un solo dia á dejar la silla presidencial, y aparecer desarmados ante un tribunal.— El
Presidente La-Mar tiene igualmente pedido un juicio; ¿porqué se lo niegan tambien? Porque saben que las leyes los condenarán á
ser castigados como traidores, como perturbadores del órden, como autores de la degradacion y ruina de la patria: porque estan
persuadidos de que el resultado de este juicio sería el órden, y de que reinando éste, ellos no serian vistos sino como son en realidad,
como unos hombres oscuros bajo todos aspectos, como unos criminales.
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