Page 318 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
Documentos varios
Viva V., mi buen amigo, seguro de mi alto aprecio, y reciba nuevamente
la ratificacion de los afectos de su consecuente amigo, seguro servidor Q. B. S. M.
- Agustin Gamarra.
Sr. Jeneral D. José de la Riva-Agüero — Lima Setiembre 20 de 1829 —
Mi querido Jeneral y amigo — Con poca diferencia han llegado á un tiempo á
mis manos las dos siempre apreciables de V. de 29 de Mayo y 1° de Agosto úli-
mos, que se sirvió dirijirme de Santiago. Por ellas veo, que como buen Peruano,
y como un fundador de la libertad de su pais, se interesa por la prosperidad de
nuestra República. Ella, como V. no ignora, ha sido hasta el dia el patrimonio de
los estranjeros que sucediendose uno á otros han llevado al cabo el infame sistema
de anular á los que aparecian en su patrio suelo, capaces de trabajar con mejor
suceso por la marcha regular del nuevo sistema. La situacion de V. y la injusta
persecucion que se le ha hecho sufrir, son dos ejemplares nada equívocos de la
desfachatez con que han tratado de aherrojamos á sus depravados caprichos.
Al fin el curso mismo de los acontecimientos ha dado á conocer la falsa
posicion en que se hallaba el Perú, y felizmente ha tenido lugar un simultaneo
y pacifico cambiamiento por el que ha desaparecido la faccion que disponia de
nuestros destinos. Desde principios de Junio último, en que estalló el pronun-
ciamiento del voto público, ha tomado nuestros agonizante Estado un nuevo
aliento, una nueva vida, y los pasos ulteriores presajian una segura convalecen-
cia. Tenemos instaladas las Cámaras Constitucionales, y á expresa indicacion
mia se ocupa el Congreso del asunto de V.
Prescindiendo, si es posible olvidar por un momento, las relaciones par-
ticulares que me ligan á V., prescindiendo, digo, de tantas circunstancias por las
que es V. dueño de mis primeras atenciones, no puedo menos que ir consecuen-
te con los principios de que parten mis procedimientos públicos y mi sincera
conducta. Amante de mi pais como el que mas, y embebido por ahora en la em-
presa de dar valor á nuestros recursos, á nuestros hombres, á nuestras leyes y á
nuestra nacion por entero, considero como el primero de mis deberes buscar en los
confines del mundo á los ilustres Peruanos, que aun vagan en las redes tejidas por
una mano criminal. Reunirlos al torno del mejor de los pabellones, y engrande-
cer la Familia Peruana con la reposicion de todo los que estan llamados á traba-
jar por su felicidad, he aqui todo mi empeño, y el objeto que he tenido cuando en
la parte que me ha sido posible, he influido para que oigan á V. y juzguen su causa
con la circunspeccion é imparcialidad que son bastantes para descubrir, en vez de
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