Page 692 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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launde ni con ningún presidente aparecí en Pa-  nada es eterno, que hay que ser prudente. Invoco,
                  lacio. Pero sí he luchado durante veinte años de  por ello, a la conciencia de los legisladores, en el
                  mi vida haciendo revistas y periódicos.     sentido de que, admitiendo la buena intención —
                                                              que no lo dudo— de la mayoría de este Congreso
                  Por eso, Presidente, digo que nuestro país nece-  respecto de la fascinación que puede ejercer en
                  sita cambios. Está habiendo cambios, está suce-  ellos la figura del Presidente, por muchos de los
                  diendo cambios. Por lo tanto, tenemos que apu-  aspectos —que yo también apoyo— de lo que ha
                  rar esos cambios. Si esos cambios es para apoyar  hecho, sin embargo la prudencia, señor Presiden-
                  al pueblo peruano, mejor todavía. Para eso nos eli-  te, me lleva a pensar en que es mejor estar en
                  gieron, y estamos acá para defender a ese pueblo.  contra de la reelección; porque, entre otras cosas,
                                                              sí pueden ser fascinados, muy respetablemente,
                  Gracias, Presidente.                        por una figura, sin embargo van a dejar estableci-
                                                              do, señor Presidente, un sistema que puede pro-
                  El señor PRESIDENTE.— Muchas gracias.       vocar —y ésa es la gravedad de vuestra votación,
                                                              señores de la mayoría— la inestabilidad futura
                  Tiene la palabra el doctor Luis Enrique Tord; y,  del país.
                  después, el señor Carrión.
                                                              Van a sembrar en esta Constitución un mecanis-
                  El señor TORD ROMERO (CD).— Gracias,        mo que puede ser utilizado por demagogos e irres-
                  señor Presidente.                           ponsables al futuro para, entonces, eternizarse
                                                              en el poder. Esto que vamos a hacer hoy estamos
                  Una vez más, con mi tendencia al aspecto histó-  viéndolo como el entierro, el entierro de la Repúbli-
                  rico, me encuentro con la sorpresa de que dos  ca constitucional postleguiista de nuestro siglo.
                  son los temas que sucesivamente han absorbido
                  nuestra atención, señor Presidente, sucesivamen-  Estas preocupaciones, señor Presidente, las ad-
                  te: el de pena de muerte y el de la reelección pre-  vierto y me llevan, por ello, a votar en contra de
                  sidencial. Que en varias de las Constituciones del  la reelección.
                  pasado, constituyeron, como hoy, la preocupación
                  mayor de esos constituyentes.               Gracias.
                  Ya dije, en lo de la pena de muerte, cómo en 1856  El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra el
                  y 1860 —como todos sabemos— se rechazó la   señor Juan Carrión; y, después, el señor Flores-
                  misma cuando se trató de homicidio político, y  Araoz.
                  solamente se circunscribió al calificado.
                                                              El señor CARRIÓN RUIZ (R).— Señor Presi-
                  Y ya Torres y Torres Lara, Enrique Chirinos Soto  dente: Como hombre de provincias, me preocu-
                  y otros distinguidos compañeros de este Congre-  pa fundamentalmente todos los mecanismos que
                  so han resaltado cómo la de 1860 se rechazó la  se puedan establecer en la Constitución que tien-
                  reelección presidencial, habiendo estado de pre-  dan a afirmar la descentralización nacional.
                  sidente en esa época de la República el ilustre
                  Ramón Castilla.                             Yo creo, señor, que hay una interrelación directa
                                                              en lo que es la constitución del Parlamento, lo
                  Se ha insistido acerca de que, cuando fue implan-  que es todo aquello que afirme, de una u otra
                  tada la reelección inmediata, ella se implantó  manera, la descentralización nacional y lo que
                  como resultado, señor Presidente, de manipula-  tiene que ver con la organización o el diseño del
                  ción política expresa para llevar a un personaje  Poder Ejecutivo.
                  concreto a esa reelección.
                                                              Sinceramente, señor, creo que, por lo menos para
                  Leo en el distinguido sacerdote Felipe Mac Gregor  mí, no es algo de vida o muerte hacer las consi-
                  el hecho de que cambiar todo un sistema consti-  deraciones en relación a la reelección inmediata,
                  tucional —como sospecho que está ocurriendo  a la reelección después de un período y a la no
                  ahora— para reelegir un presidente es reafirmar  reelección. Son temas que, para mí, no tienen
                  nuestra fatal necesidad de caudillos. Por otro  una importancia realmente vital. Considero, se-
                  lado, el mismo autor destaca que la reelección  ñor Presidente, que lo vital en este Perú nuestro
                  cambia las condiciones del contrato en que fue  es afirmar definitivamente la descentralización.
                  elegido el Presidente actual en 1990, que fue por
                  cinco años y nada más. Ahora se trata de impo-  Considero, señor, que el Perú es un país difícil,
                  ner la prolongación de ese contrato con pretexto  pero es un país posible en la medida que lo des-
                  de grandes mejoras.                         centralicemos, y lo descentralicemos seria y efi-
                                                              cazmente. Esos mecanismos, desafortunadamen-
                  Todo lo que se ha argumentado me parece suma-  te, señor Presidente, no están contemplados ni
                  mente serio y no tengo por qué repetirlo. Lo úni-  consignados en el articulado que se viene apro-
                  co que tengo que decir, señor Presidente, es que  bando en estos días.


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