Page 176 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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de suyo. Porque, de otra manera, este problema quiera de carácter asociativo. La ley fija los lími-
va a continuar profundizándose más, con todos tes según las peculiaridades de cada zona, pro-
sus efectos desastrosos, no sólo para la econo- mueve la pequeña y mediana propiedad agraria
mía, sino para la paz y la tranquilidad del Perú. y combate el minifundio".
Creo, por eso, que el capítulo sobre el Régimen Creo, señor, que es indispensable percatarnos de
Agrario y las Comunidades Campesinas y Nati- que la propiedad agraria tiene que encontrar
vas, según el pomposo título que lleva y que en necesariamente limitaciones hacia abajo y hacia
realidad no tiene nada de Régimen Agrario, tra- arriba, porque de no establecerse esas limitacio-
ta de una manera general este problema en un nes, vamos a llegar a la pulverización de la pro-
solo artículo, de acuerdo a la propuesta que nos piedad y hasta, de repente, a la reconstitución
ha alcanzado la Comisión en mayoría. del latifundio; y este fenómeno, no de inmediato
pero sí dentro de un tiempo, habrá de gravitar
En consecuencia, debemos recuperar el disposi- ominosamente, como ya ocurrió en el pasado,
tivo de la Constitución vigente y establecer con sobre la población nacional. Es indispensable es-
toda claridad, en forma rotunda, que el Estado tablecer esos límites, naturalmente racionales,
otorga prioridad al desarrollo integral del sector que deben estar en función del crecimiento, de
agrario. la productividad, del progreso que se observe en
cada una de estas propiedades agrarias.
Veamos el mundo de nuestros tiempos. Los paí-
ses más desarrollados, como ya lo han señalado El señor PRESIDENTE. Doctor Cáceres, le
algunos de los señores congresistas que me han ruego terminar porque, según el récord que te-
precedido en el uso de la palabra, han partido de nemos, su grupo parlamentario ha hecho ya uso
una recuperación, de una rehabilitación, de un de los tres turnos.
desarrollo agrario. Ésa ha sido la base del creci-
miento económico que han tenido, y eso es lo que El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger
deberíamos seguir aquí: los ejemplos de aquellos (FNTC). Ésta es la primera oportunidad en la
países que nos señalan con toda claridad cómo que hago uso de la palabra en este debate. Usted
han procedido. podría disponer que se compruebe cuántos mi-
nutos son los que he usado hasta este momento.
Yo estuve en Italia al final de la Segunda Guerra
Mundial, y visité el sur de aquél país, que se en- El señor PRESIDENTE. El señor Pedro
contraba entonces en pleno proceso de desarro- Cáceres Velásquez ha intervenido, y también el
llo de la reforma agraria, mediante la cual se señor Jorge Velásquez Gonzáles, antes de que
impulsó la recuperación del llamado Mezzogiorno; usted haga el uso de la palabra; y, como usted ve,
y gracias a ello, hoy día Italia es uno de los gran- el tiempo no está siendo medido solamente por
des colosos de la economía mundial. el reloj, sino también por las luces.
No hay país en el que haya crecimiento económi- El señor CÁCERES VELÁSQUEZ, Róger
co ostensible, si en ese país no se ha ejecutado (FNTC). Señor Presidente, me acojo a la ama-
una política agraria atinada, si no se ha dado al bilidad que usted tiene con algunos de los con-
sector agrario el lugar que se merece. Natural- gresistas, a quienes, sin necesidad de que lo soli-
mente, eso no puede ser sólo una declaración lí- citen, se anticipa con toda gentileza y consulta a
rica, como también lo ha señalado alguno de mis la Sala si le puede conceder unos minutos más
predecesores; tiene que tener sus consecuencias para que hagan uso de la palabra.
claras y precisas en la política económica que siga
el Estado y sus sucesivos gobiernos. En mi caso, soy miembro de la Comisión dicta-
minadora y he presentado un proyecto sustitu-
Creo que estas razones habrán de ser atendidas torio. Creo que me asiste, señor, el derecho como
por la Comisión, aunque a veces pienso que pe- para que usted tenga una cortesía conmigo simi-
dirlo es insistir en pretender sacar de una piedra lar a la que acostumbra con otros señores con-
una gota de agua, ya que en otras ocasiones lo gresistas.
solicité y no he recibido nada, ni mendrugos ni
migajas. El señor PRESIDENTE. Señor Cáceres, si
usted me permite, yo quisiera que me atienda
En el artículo 97º considero que debe hacerse una para aclararle lo siguiente: usted no tenía dere-
modificación en su redacción: "El Estado garan- cho a hacer uso de la palabra, porque ya los tres
tiza el derecho de propiedad sobre la tierra en turnos de su grupo político habían sido utiliza-
forma individual, cooperativa, comunal o en cual- dos; sin embargo, la Presidencia le ha otorgado
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