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e irreversible, y tiene que ver con descentralización económica y con descentralización
fiscal. Sin embargo, el presupuesto del gobierno nacional crece 14,6%, el de las regiones
crece tan solo 3,3% y el de los gobiernos locales disminuye 6,7%.

El Gobierno es consciente de esta recentralización de recursos violentando el proceso de
descentralización; y no solo en este año, ya que el 2013 el gobierno nacional hizo suyo el
67% del total del presupuesto; para el 2014 subió a 70%, y para el 2015 nos plantea el
73%. ¿No sería mejor franquearse y señalar que hay desconfianza y desprecio por las
gestiones regionales y locales y que esa es la política de gobierno?

En materia de gasto, igualmente, tenemos un crecimiento del gasto corriente en
desmedro del crecimiento del gasto de inversión. Para el 2015, el gasto corriente está
creciendo más del doble que el gasto de inversión. No necesariamente es malo, pero sí
hay que tener mucho cuidado cuando ese gasto corriente es permanente y se comienza a
generar, como estamos generando ya para el 2015, después de muchos años, déficit
fiscal; lo cual puede agravarse en los siguientes años. Esperamos que eso no suceda.

En materia de inversión, específicamente, es decir, los recursos para obras, para
infraestructura o para equipamiento, la centralización es aún peor, es aún más grave. El
gobierno nacional sigue en la época de las vacas gordas, pues su presupuesto para
inversiones crece 15,6%. Los gobiernos regionales pasan a la época de las vacas flacas,
con un decrecimiento de 4,5%, y los pobres gobiernos locales pasan a la época de las
vacas escuálidas, disminuyendo 16,6%.

Ello sería tal vez entendible, tal vez comprensible, si la situación fuese que el Gobierno
Nacional es muy eficiente en el gasto de inversión y los gobiernos locales y regionales son
muy ineficientes; pero la verdad es todo lo contrario.

Al 9 de setiembre, el avance de inversión del Gobierno Nacional, que tiene esa angurria,
ese apetito por capturar todos los recursos, es tan solo de 37,3%. Los gobiernos
regionales, dando el ejemplo al Gobierno Nacional, han ejecutado el 51,2% y los
gobiernos locales, el 44,6%. Es decir, ¿con qué autoridad moral, bajo qué preceptos
lógicos, bajo qué preceptos técnicos, el nivel de gobierno más ineficiente, con mayores
problemas para ejecutar recursos, pretende seguir absorbiéndolos en desmedro de los
gobiernos locales y regionales, en desmedro de la descentralización, en desmedro del
mandato constitucional y en desmedro del Acuerdo Nacional?

Creo que ello necesita una explicación de cara al país con sinceridad, con honestidad,
con franqueza, con las cartas sobre la mesa. ¿Cuál es la visión y cuál es la estrategia del
Gobierno? Porque no se puede tener un discurso y presentar un proyecto al Congreso en
ese sentido.

El congresista Abugattás hace un rato tuvo una intervención en el sentido de que es el
Congreso el que aprueba. Sí, es el Congreso el que aprueba, y el señor Abugattás nos
motiva a trabajar de manera conjunta, a unirnos para en esta ocasión aprobar un
proyecto de ley alternativo al que plantee el oficialismo, alternativo al que está
planteando el Poder Ejecutivo, y que pueda recoger el mandato constitucional y el
Acuerdo Nacional orientados a descentralizar los recursos.

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