Page 70 - Padres de la Patria
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combinado sabiamente con los gobiernos locales. De otro modo, sería arraigar la
                  anarquía;  y  todo  nuestro  esfuerzo,  es  alejarla  eternamente  de  nosotros.  Y,
                  hablándose de integridad territorial, conviene decir: que ella es de derecho de
                  gentes  positivo;  porque,  el  quantum  de  la  extensión  de  un  gobierno  es
                  desconocido en los cánones de la ley natural. La comodidad, la defensa y otros
                  motivos  de  utilidad,  son,  pues,  sus  mensuradores.  Por  consiguiente,  a  estos
                  debemos recurrir cuando la oportunidad, exija hacer demarcaciones; sin que por
                  tanto procuremos coadyuvar a un miserable aislamiento, al abandono de puntos
                  inconsistentes  por  sí  y  a  la  desmembración  del  Perú.    Unión  incontrastable,
                  fuerza irresistible, apetecemos acumular en nuestra organización política, bajo la
                  égida de la federación, cual la hemos explicado, y cual concurre con las bases
                  del Derecho Público, en cuya esfera se hallan consignadas las leyes primarias,
                  fundamentales o constitutivas del régimen de un país.

                  Muchas  e  importantes  proposiciones  descienden  de  lo  dicho.  1.  Que  la
                  combinación de los gobiernos locales con un centro común es de justicia natural.
                  2. Que pueden reunirse muchas provincias, sin ocasión de mutuos choques. 3.
                  Que  los  centros  respectivos  serán  otros  tantos  focos,  donde  se  robustezca  la
                  intensidad de los radios, para transmitirse al foco común. 4. Que por esta misma
                  razón será tan fuerte el resultado de las relaciones económico-gubernativas, que
                  ningún  tesón  podrá  romperlo.  5.  Que  las  virtudes  cívicas  tendrán  un  vivo,
                  perenne  y  eficaz  estímulo  para  desenvolverse.  6.  Que  desaparecerá  hasta  la
                  imagen del despotismo provincial y que cada individuo sentirá en sí el beneficio
                  de  las  imposiciones.  7.  Que,  el  que  habita  el  extremo  del  rayo,  percibirá  de
                  hecho  el  ejercicio  de  su  soberanía,  como  el  que  reside  en  el  centro  de  este
                  círculo  político.  8.  Que  los  tres  poderes  se  equilibrarán  perfectamente,
                  convirtiéndose  siempre  en favor de  la  nación  el producto  y  movimiento  de  las
                  elecciones populares. 9. Que la milicia cívica reasumirá la marcialidad, destreza
                  y valentía, que admiramos en los viejos comentarios de las repúblicas latina y
                  griega. 10. Que el censo, no será un simple y mal ordenado padrón de vecinos,
                  sino la historia anual de los peruanos  en todos sus respectos, y el recuento de
                  las  existencias  y  progresos  nacionales.  11.  Que  cada  departamento  o  Estado
                  tendrá  sus  leyes  análogas  a  su  respectivo  suelo,  calor  o  frío,  producciones
                  propias, etc. ¿No se busca siempre esta relación al legislar los pueblos...? ¿Nos
                  olvidaremos, ahora  de ella?

                  Últimamente se deduce, que la minería, el comercio, la agricultura, las artes y las
                  ciencias, y todos los ramos de nuestra prosperidad y grandeza, se elevarán al
                  máximun de su poder dentro de algunos años, tanto, que nosotros bajaremos al
                  sepulcro viendo como los fortunados hijos de Vermont, Virginia y Pennsylvania,
                  el dulce fruto de nuestros sacrificios y privaciones.  El Perú da doscientos por
                  uno;  y  si,  allá  en  el norte, todavía  viven  quienes  quebraron  con  sus manos el
                  tridente del Albión y están percibiendo con sus ojos el éxito de su independencia
                  ¿Por  qué  no  nos  ha  de  tocar  igual  ventura?    Por  lo  común  se  dice  "de  esto
                  gozarán  nuestros  nietos";  nosotros  no  lo  hemos  de  ver;  de  aquí  a  ciento  o
                  doscientos años se levantará la hermosa perspectiva que nos pintan".  Y con tan
                  melancólicas ideas, cáese el fusil de la mano, suspírase por la dominación de
                  Faraón y vamos pasando. Amigo mío, yo no pienso así: creo, que en mis días
                  será  esta  parte  del  globo  una  nación  respetable.  Plantifíquese  la  Constitución




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