Page 427 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
            tituirse en un asesino de su patria, y en un desconocido, y desnaturalizado usur-
            pador de los derechos de un suelo, á que debe su existencia natural y política?
                    No ciertamente. Luego tanto mayores serán los atentados deplorables
            de V.S. si se opone á los deseos de la América, quanto menos sea lo que pida
            ésta. Buenos Ayres ha dicho que adora á su Rey prisionero: que en sus cadenas
            lo venera y lo respeta: y que no estando en disposición de gobernar por sí,
            trata de nómbrale un representante, que en su nombre nos gobierne forman-
            do un congreso que lo elija. ¿Y V.S. que ama á su rey puede oponerse á unos
            sentimientos tan legales? ¿V.S. que ni un acto de representación tendria para
            oponerse á la independencia que intentase la América en general, se opone
            á un acto que asegura en las sienes del Sr. D. Fernando VII la corona? Ah!
            Que no son estos derechos sagrados los que V.S. defiende. Los sucesos de La
            Paz, que debieron haber excitado mas bien su compasion, que su ira, y que
            vengó con sangre y fuego, manifiestan los sentimientos que abriga su pecho.
            Mi corazon se deshace al considerar las victimas de un apresuramiento intem-
            pestivo, que V. S. sacrificó á su ambición. ¿Más qual pudo haber sido la causa?
            Si V.S. esperaba el premio de la América, iba muy engañado; pues la América
            toda, á pesar de lo que le digan sus asalariados aduladores, lo aborrece; y si de
            España ¿Pudo V.S. pensar que tubiese poder algún dia para ello? Este parece
            un error mayor: porque ¿como habia de caber en la cabeza de V.S. que conoció
            el estado de prepotencia de la Francia, que el miserable de la España pudiese
            resistirla, y que en el estado de tisis que la consumía no necesitase un sacudi-
            miento de esta clase para recuperar su existencia política, salir de la profunda
            ignorancia en que yacia, y sacudir el despotismo atroz que la oprimía? Despo-
            tismo, que sino habia causado llagas de sangre, era porque habían encallecido
            los hombros en que se apoyaban sus duros hierros. Estado, del qual era impo-
            sible que saliese sin una revolución para la qual no tenia en si fuerzas.
                    ¿Juzga V.S. que exista actualmente Cádiz? Y aun cuando lo juzgue, y
            efectivamente exista: ¿es Cádiz la nación española? ¿Es probable ni remota-
            mente, que como hijo esforzado liberte á su afligida madre de la opresion? No
            seguramente. El cetro de la España ha pasado irremisiblemente de las manos
            de los Borbones á las de los Bonapartes: en este estado, ¿para quál de los dos
            trabaja V.S.? No quiero que mis sospechas lo agravien, y dexo á sus futuras
            acciones el derecho de decirlo.
                    Pero supongamos, que Buenos Ayres no tiene derecho para variar de
            gobierno, ¿se le negará también el de tratar de su existencia, y no depender



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