Page 470 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                                       Informe sobre una bomba para desagüe de minas
            el desagüe de las minas, sólo puede esperarse se habiliten las inundadas, por
            medio de compañías, que combinando el amor al bien público con el interés
            particular hagan cuantiosos adelantamientos para negociación tan arriesgada.
                    Toda se cree serlo en la desopilación de las minas: los socavones (ya
            conocidos en España desde el tiempo de Aníbal en las minas de Cartagena,
            rindiendo la nombrada Bebulo por el nombre de su inventor tres mil escudos
            al día, por tener socavones el monte más de mil y quinientos pasos) ofrecen
            mil dificultades para el acierto; pues calificar la disposición del terreno, la dis-
            tancia de la boca del socavón a los planes, y la mayor profundidad de éstos
            respecto de aquélla necesitan de unos conocimientos geométricos, hidráuli-
            cos que aun regladamente combinados, suelen frustrarse por no ser posible
            calcular ni prever las durezas ni otros accidentes que no se sujetan a la vista en
            las obras subterráneas.
                    Las máquinas de desagüe fueron algún tiempo desacreditadas en Mé-
            xico, por el mal suceso que lograron las que con el costo de más de cien mil
            pesos condujo de Inglaterra don Isidro Rodríguez de la Madrid; de modo que
            el consentador de las ordenanzas de minas al número 15 del capítulo diez y
            nueve se avanza a escribir: querer pensar que la maquinaria por medio de sus
            fuezas es capaz de agotar los veneros continuos de los montes es empeñarse en
            dejar burlado el afán y el sumo costo que demandan estos artes.
                    Esta proposición del señor Gamboa se fundaba en la inmensa pro-
            fundidad de las minas de nueva España: Gamelli Carreri que viajó por aquel
            reino en mil seiscientos noventa y siete (Historia general de los viajes, tomo
            cuarenta y cuatro en doce) asombra su extraordinaria hondura, habla entre
            otras varias de la mina nombrada la Trinidad, inundada a ochocientos pies de
            profundidad; y tiempos posteriores, es decir en setecientos cincuenta y cuatro
            la célebre veta Viscaína en el real del Monte, jurisdicción de Pachuca se ha-
            bía profundizado hasta ochocientos cincuenta y seis varas; pero como las de
            Pasco y resto del reino del Perú son superficiales y los conocimientos físicos
            mecánicos han subido al más alto grado de adelantamiento y perfección, han
            sido felices los ensayos practicados en el mineral de Yauricocha por la reco-
            mendable compañía, que siguiendo su inclinación a útiles establecimientos de
            properidad común ha promovido en todos ramos don Pedro Abadía, asocián-
            dose para esto a don José Arismendi y don Francisco Uville, siendo la contrata
            celebrada con los números que corre a fojas recomendada por el tribunal, de útil
            y ventajosa, como la cree también el que informa, sin embargo de la insinuación



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