Page 313 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
El genio superior despreciando las estrechas leyes de la mediocridad,
mirando con desdén y desagrado ese paso metódico, a que la impaciencia de
las grandes ideas no puede acomodarse, se presenta con arrojo en la carrera,
y emprendiendo un vuelo rápido, llega anticipadamente cubierto de un polvo
honroso al término dichoso de su anhelo. Pero... ¡Qué de enemigos lo inva-
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den y lo asechan! La torpe y osada ambición, que emula sin proporciones al
verdadero mérito: la pérfida envidia, que brota sin medida su fatal veneno; la
cruel calumnia, que inventa los delitos, y la negra malignidad, que los crece y
aumenta: tales son los fieros verdugos que asesinan el honor, y los astutos tira-
nos, que empleando mil artes de dañar, sacrifican sin recelo la reputación aje-
na. Desde el momento en que el tiempo separado del seno inmóvil del eterno
se incorpora al espacio, en que el Globo existe y se conmueve, sólo descubro
en los anales inmensos de la historia, desgracias y riesgos: al divino Homero
ciego y pobre, mendigando públicamente el pan necesario para su sustento;
Sócrates el honor de la Grecia, entregado por sus émulos a una muerte violen-
ta; a Rogero Bacon Monge muy superior a su siglo, arrastrado a las prisiones,
y cargado de cadenas; a Pedro Ramos: el más sabio de su tiempo, calumniado,
perseguido, asesinado con violencia. Pero qué mucho? Ateneo me dice que
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los filósofos principian a odiarse luego que comienzan a conocerse; que el sa-
bio, víctima de sus privilegios, es condenado a una superioridad de miserias, y
que esa gloria brillante que lo halaga y alienta, cercada de fatigas y desconsue-
los, huye de los vivos, y se acoge a la obscura sombra de los ilustres mausoleos.
Tal es el triste asilo que les queda a las letras. Corro con mano intrépida
su espeso velo, oso interrumpir su tranquilo silencio, y en esa perspectiva de-
lineada por el pensamiento, contemplo al hombre actual en el hombre futuro:
distingo al tiempo, y la posteridad, esos dos monarcas, el uno de lo que pasa, el
otro de lo que se espera; y encontrándolos en el terrible término de sus vastos
imperios, veo al tiempo que depuesto su reino, desdeñando la vida rompe el
cetro; descubro a la inmortalidad, que gustosa se apresura a coronar a el sabio,
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2. El sabio es un ente independiente de esa colección de pequeñas leyes inventadas, y seguidas
por la multitud de los necios. Ver Carta de Phrine a Xenócrates Filósofo.
3. Si fijo la vista en los filósofos esta pura porción del género humano, yo veré a Zenón in-
sensible al dolor; pero no a las impresiones de la envidia, porque Epicuro tiene un mayor
número de discípulos; yo veré a Aristóteles combatir con ingratitud los principios de Platón
su maestro, y empeñarse en destruir la reputación del orador Isócrates; yo observaré en la vida
del famoso Catón de Utica más de un rasgo de odio contra filósofos sus contemporáneos. Ver
Discurso del Conde de Cornullier a la Academia de Angers.
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