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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            al Soberano, que distantes de hacerme merecedor de pena alguna, antes me
            constituyen digno de la piedad de Vuestra Señoría. En Tinta coadyuvé a mi
            padre y hermanos en la publicación del ya referido bando, haciendo que la
            misma se extendiese a los demás pueblos, patentizando la traición del alzado,
            sus engaños y falsedades, lo que contribuyó mucho a que lo desamparasen los
            españoles y mestizos. Este servicio consta ya de los autos. En Pucacasa /.24v
            comuniqué y persuadí a Don Genuario Castro, para que diera aviso, como que
            dió al Señor Inspector General del asalto que el rebelde iba a dar una noche.
            Este servicio es de grande peso por las resultas que tuvo y lo recomiendo a la
            piadosa justificación de Vuestra Señoría para que no la pierda de vista en la
            resolución de esta causa, con protesta de hacerconstar en el término de prueba
            éste y otros servicios.
                    A esto se agregan los padecimientos, perjuicios y ruinas que nos causó
            el mismo rebelde. Mi padre, hermanos y algunos parientes muertos por su
            orden. Nuestras casas todas incendiadas. Nuestros bienes consumidos. Y al
            fin de toda mi familia en grave indigencia sin mas mérito que la displicencia y
            repugnancia en seguir sus depravados intentos.
                    Ultimamente de la confesión mía, tampoco resulta delito digno de
            tanta pena. Ella está conforme a la declaración que hice en el campo de Tinta
            ante el Doctor Don Julián Capetillo; a la sumaria ante Vuestra Señoría y a la
            información dada ante el Corregidor de aquella provincia. En estos términos
            queda demostrado por una parte, que en mi concurrencia a las tropas del
            rebelde padecí coacción y violencita grave y por otra, que no se me proporcio-
            naron las varias ocasiones (que con ligereza supone el Fiscal) para trasladarme
            a esta ciudad; y por consiguiente es ninguno el fundamento suyo para pedir
            se me aplique la pena de destierro perpetuo. Por todo lo cual y habiendo por
            expreso cuanto me sea favorable.
                    A Vuestra Señoría pido y suplico que en atención a lo que llevo ex-
            puesto se sirva proveer y mandar según y como tengo pedido en justicia, juro
            y para ello etc.


            Doctor Matías de Isunza
            (rubricado)
                                                               Vicente Castelo
                                                               (rubricado)
            (Al margen)



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