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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            cho y mi mayor rendimiento, parezco ante Vuestra Señoría y digo: que según
            persuaden los adjuntos documentos, que en debida forma presenté a Vues-
            tra Señoría, no solo se evidencia estar yo absolutamente indemne de la más
            leve nota que podía inducir a una cualquiera tenue sospecha, de haber estado
            alguna vez expontáneamente coligado con el vil rebelde José Tupa Amaro, en
            la alevosa rebelión a que se determinó sino que constantemente prueban mi
            inalterable fidelidad y leal vasallaje a Nuestro Soberano Monarca (que Dios
            guarde) siendo notorio que de esta causa ha resultado el sangriento y trágico
            estrago de mi familia, que con vehemente dolor expongo a Vuestra Señoría,
            que en él padeció mi padre una horrible y violenta muerte, que le hizo dar el
            citado rebelde; e igualmente a dos hermanos míos, como también a otros in-
            mediatos parientes nuestros y a no haberme precavido con particular cautela
            en otro pueblo de él, en que residían mis dichos finados, hubiera sido consorte
            de ellos, aunque no me liberté de que me dejase en el mas deplorable estado
            de bienes. Especialmente a la infeliz de mi madre, quien no sólo quedó viuda,
            sino también en la mayor orfandad, por /.19v habérsele despojado de todos
            sus bienes, sin dejarle cosa que pueda subsistir. Asimismo, es constante a toda
            la dicha (palabra ilegible) que todos los fatales acontecimientos, que nos han
            acaecido han provenido de la permanente fidelidad, con que yo y toda mi
            familia nos mantuvimos todo el tiempo de la rebelión; sin embargo, de que
            el tirano rebelde nos trató con una hostil e insana sevicia, que equivalía a una
            prólija muerte; pues continuamente nos sorprendía para hacernos padecer di-
            latadas carcelerías, sin otro alivio ni esperanza que la de acabar por instantes.
            Protesto a Vuestra Señoría con la verdad correspondiente al respeto y vene-
            ración, que justamente merece su dignidad y carácter, que a no habérseme
            inopinadamente arrestado en el cuerpo de guardia de la Quinta Columna,
            hubiera producido ante Vuestra Señoría pruebas mucho más calificadas y
            adornadas de muchas circunstancias, para que con más recomendaciones hu-
            bieran acreditado nuestra constante fidelidad ante Vuestra Señoría, pero su
            elevado talento y discreción, considerará que sólo son diligencias conseguidas
            de una pobre mujer avanzada de edad que solo a esfuerzos de su afecto natural
            pudo promover mis defensas tan diminutas y limitadas, por lo que no siendo
            suficientes para que de la notoria piedad de Vuestra Señoría pueda, no sólo al-
            canzar la libertad de mi persona, sino también que ante todas cosas se me de-
            clare por fiel vasallo de Su Majestad, para que mi posteridad logré prerrogarse
            siempre con este preconismo, que nos infiera la clemencia de Vuestra Señoría,



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