Page 742 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
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                    12° A la duodécima y última pregunta dijo que todo lo que tiene de-
            clarado es público y notorio, pública voz y fama, y la verdad so cargo del jura-
            mento, que fecho tiene; y siéndole leída esta su declaración en ella, se afirmó
            y ratificó, y dijo no comprenderle las generales de la ley, y que es de edad de
            veinte y nueve años y la firmó de que doy fe .


            Ignacio de Arriola
            (rubricado)
                                                        Miguel de Acuña
                                                Escribano de Su Majestad y Público
                                                         (rubricado)
            (Al margen: Testigo Don Juan Martínez)

                    En dicho día, mes y año, por ante mí el Escribano la parte del dicho
            Don Juan Antonio de Figueroa, continuando en esta información presentó
            por testigo a Don Juan Martínez, natural de las montañas de Burgos y resi-
            dente en esta ciudad del Cuzco, de quien en virtud de la comisión que me es
            conferida le recibí juramento y lo hizo por Dios Nuestro Señor y a una señal
            de cruz, según forma de derecho so cargo de él prometió decir verdad de lo
            que supiere y quere preguntado; y siéndolo al tenor del interrogatorio incerto
            en el escrito de fojas, presentado por dicho Don Juan Antonio /.36 de Figue-
            roa, declaró lo siguiente.
                    1° A la primera pregunta dijo, que con la ocasión de habérsele apre-
            hendido al testigo de orden del rebelde indio, José Tupa Amaro, en el camino
            de Tungasuca al tiempo de transitar a unos negocios, que tenía con el Corre-
            gidor Don Antonio Arriaga, el día once de noviembre del año próximo pasado
            de mil setecientos ochenta, vió que dicho Don Juan Antonio estaba ya preso
            con su mujer y un hijo suyo, nombrado Tiburcio, con cuya ocasión oyó el tes-
            tigo asi a los mestizos que guardaban a los prisioneros, como a éstos, que eran
            varios, que al tiempo de prehenderlo al dicho Figueroa lo maltrataron mucho
            hasla que arrojó sangre por la boca y que el dicho Don Juan Antonio había
            ido a dicho pueblo de Tungasuca en solicitud de dicho Corregidor, para que le
            devolviera unos tres mil pesos que le había suplido, los que necesitaba dicho
            Don Juan Antonio, para proseguir con la obra de los tres puentes que estaba
            construyendo en aquella provincia de Tinta. Y responde.
                    2° A la segunda pregunta dijo, que sólo sabe por haber oído decir a



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