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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
(Al margen: Testigo Mariano de la Banda).
En la ciudad del Cuzco en dos días del mes de julio de mil setecien-
tos ochenta y un años. Por ante mí el Escribano, la parte del Sargento Mayor
Don Juan Antonio /.29 Figueroa, para la información que está dando y está
mandado se reciba, presentó por testigo a Mariano Banda, vecino de esta ciu-
dad, preso en el cuerpo de guardia de este Real Cuartel, de quien en virtud
de la comisión que me es conferida por el Superior Decreto de fojas le recibí
juramento y lo hizo a Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, según forma
de derecho, bajo del cual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere pre-
guntado, y siéndolo al tenor de las preguntas incertas en el pedimento de foja
presentado por dicho Don Juan Antonio Figueroa, declaró lo siguiente:
1° A la primera dijo, que la ignora, respecto de que el declarante el día
cinco de noviembre, que se cita en esta pregunta, estuvo en el pueblo de Pi-
chigua, donde lo dejó su patrón, el Corregidor de aquella provincia de Tinta,
Don Antonio Arriaga (cuyo amanuense fue), en compañía de Don Francisco
Cisneros y parte de los demás familiares. Y responde.
2° A la segunda pregunta dijo, que asimismo, la ignora. Y responde.
3°, 4° y 5° A las preguntas tercera, cuarta y quinta dijo, que igualmente
las ignora, respecto de que el declarante estaba preso en distinto calabozo o
cuarto que había en la casa del traidor José Gabriel Tupa Amaro, y no en aquél
donde estaba preso Don Juan Antonio Figueroa. Y responde.
6° A la sexta dijo, que habiendo sido preso el declarante de orden del
traidor el día siete de noviembre, lo hallé ya preso a dicho Don Juan Antonio
de Figueroa, su hijo, Don Tiburcio, la mujer de dicho Figueroa, Don Mariano
Riquelme y su mozo tucumano, que se refiere en esta pregunta. Que es cierto
que los mestizos de la facción del traidor, en cuanto volvieron del combate de
Sangarará, lo acusaron al dicho Don Juan Antonio Figueroa, expresándole a
dicho traidor que los fusiles, que le había mandado cargar para la empresa, es-
taban mal cargados, porque había puesto en los cañones por delante lana, pie-
dras y otras porquerías, trayendo algunos fusiles, para que los reconociese el
traidor; y como dicho Figueroa dió sus disculpas, expresando que los mestizos
no lo sabían manejar, fue absuelto de la pena de muerte, que dicho traidor le
iba a prevenir, como también los mestizos e indios que lo acusaron y deseaban
el que le quitase la vida prontamente, para lo que se hallaban dispuestos, for-
mando su algazara. Todo lo que precedió a presencia del declarante, a quien
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