Page 694 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            inculpado. No necesito ponderar a Vuestra Señoría cuanta fue mi confusión y
            rubor al presentarme a la luz pública por las calles y plazas de esta ciudad, li-
            gado de prisiones sobre una bestia de albarda, destocada la cabeza en el medio
            de unos hombres facinerosos y traidores a su Rey y custodiado de un escua-
            drón de soldados; porque Vuestra Señoría penetra a fondo la entidad de este
            sentimiento del ánimo y la gravedad del dolor, que inspira tamaña afrenta a
            un hombre, que nació con mediano honor y que ha sabido concertar el que
            heredó de sus padres por medio de una conducta siempre regular y siempre
            decorosa.
                    No atribuyo esta desgracia a la menos integridad del Señor Inspector
            y demás jefes principales de la milicia, pues su Señoría con conocimiento de
            mi inocencia me declaró por libre de todo reato sino /.25 a la consideración de
            don José Pérez Toribio y Oliva, oficial que por afectar servicios a Su Majestad
            me apremió despóticamente y me introdujo en el número de los prisioneros y
            delincuentes.
                    Mis penalidades se han graduado con la prisión que he sufrido en este
            cuartel el espacio de dos meses en un calabozo lóbrego, fétidonegado a la co-
            municación de los míos y asociado de indios y otras personas víles.
                    La misma sumaria que se recibió para indagar mi delito, hace todo
            mi honor y gloria. Ella me escusa de solicitar otros expedientes de defensa.
            Con todo presento con el juramento necesario los adjuntos documentos, que
            comprueban las declaraciones de los testigos y ponen en la mayor claridad mi
            constancia en resistir a rebelde, mi fortaleza en tolerar sus hostilidades, mi
            amor y fidelidad al Rey Nuestro Señor y cuanto tengo expuesto en los capítu-
            los antecedentes.
                    Si pide la justicia, el castigo de los delincuentes, igualmente exige la
            recompensa de los justos; si es debido a la vindicta pública el suplicio de los
            facinerosos, también es debido a ella misma /.25v el honor de los virtuosos .
            Si debe ser público el castigo de los criminosos, también debe serlo el premio
            de los siervos fieles. Así espero de la justificación de Vuestra Señoría no solo
            una sentencia declaratoria de mi inocencia, sino también aprobatoria de mi
            fidelidad al Rey Nuestro Señor, una sentencia que no solo me indemnize de
            culpa, sino que también califique mis méritos. Una sentencia en fin que me
            desagravie de la ignominia que he padecido y me recompense de todos los
            trabajos que he tolerado. Por tanto.




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