Page 590 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            [Acusación que hace el Solicitador Fiscal contra Francisco Castellanos. Di-
            ciembre 25, 1780].


                    El ahogado Solicitador Fiscal en los autos criminales fulminados con-
            tra Francisco Castellanos sobre complicidad con José Tupa Amaro y lo demás
            deducido dice: Que de los autos resulta convicto dicho Francisco Castellanos
            y confesó de haber sido conductor de diversos pliegos y de los carteles de fojas
            una y siguientes del rebelde Tupa Amaro, y de haberse mantenido en esta ciu-
            dad después de llegado con el ánimo firme de fijarlos conforme la orden que
            trajo de dicho Rebelde. El ha intentado disculparse perjurando en su confe-
            sión y añadiendo delito a delito con decir que sus designios fueron manifestar
            los carteles. Pero el hecho de haber ocultado dos de ellos y haber manifestado
            solamente uno y comunicado al colegial que, valiéndose del arbitrio de que-
            darse a dormir en San Francisco, verificaría su afición, le condenan demos-
            trándole reo de un delito tan grave, cuyo castigo merece toda la atención del
            título 2 de la partida séptima con la pena ordinaria en el suplicio de la horca.
            Su minoridad que en el vulgo hace mucho eco, no debe servir de embarazo
            porque es constante en derecho, que el mayor de catorce años, aunque sea me-
            nor de veinticinco, está sujeto a la pena ordinaria y así Francisco Castellanos
            debe sufrir el suplicio fuera de que su aspecto no es de la edad que figura en la
            confesión perjurada. Por tanto.
                    A vuestra merced pide y suplica se sirva condenar al suplicio de la
            horca a Francisco Castellanos que así es de justicia que pide, etcétera.
            Otro sí dice que el cacique de Anta, Rosas, que se titula Gobernador de Surite,
            Guarocondo, Anta y Pueyura, resulta sindicado de haber tenido carta de Tupa
            Amaro, que no ha salido a luz, ni se ha presentado como lo han sido otras.
            Para evitar pues un ceso semejante al del pueblo de San Salvador, será preciso
            que a dicho cacique Rosas se le arreste y tenga seguro en este Fuerte mientras
            se hace otra averiguación a fin de su castigo, en el caso de verificarse su co-
            rrespondencia con el rebelde, o que sosegado el tumulto general se le ponga
            en libertad.
                    El Solicitador Fiscal se hace cargo de que Rosas se ha demostrado adic-
            to al Soberano conforme se condujo Simón Chalco, Cacique de San Salvador,
            que escribió a la Real Junta repetidas cartas y obsequió para la guerra pólvora
            y balas. También se hace cargo de que si Rosas levantara motín, al primero
            que mataran los indios fuera a él por la hostilidad con que los oprime y por



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