Page 588 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
bres no tiene presente el declarante si los mencionó o no el dicho cura Oblitas)
dijo que se habían desaparecido temerosos de que los prendiesen. Que esto es
lo que pudo percibir el declarante en la conversación y que quien puede dar
mayor razón acerca de este punto es el citado doctor don Antonio Felipe de
Tapia, con quien estuvo hablando sobre el asunto mano a mano, pues habién-
dole oído le aconsejó que diese cuenta a la Junta de Guerra, inmediatamente y
que esto es lo que debe declarar y la verdad so cargo del juramento que hecho
tiene; y siéndole leída esta su declaración se afirmó y ratificó en ella y dijo ser
de edad de veintitres años y diez meses y la firmó con su merced, de que doy
fe. Enmendado: Empe de que: Vale.
Marcos Antonio de la Cámara y Escudero (rubricado)
José Muelle y Medina (rubricado)
Tomás de Gamarra
Escribano Público
(rubricado)
(Al margen: Declaración de don Felipe Antonio de Tapia).
Y luego incontinenti habiendo hecho comparecer el señor General
don Marcos Antonio de la Cámara. Alcalde Ordinario de primer voto y juez
de esta causa a don Antonio Felipe de Tapia, le recibió su juramento que lo
hizo por Dios nuestro Señor y a una señal de cruz, según forma de derecho
sobre decir verdad de lo que supiere y fuere preguntado, y siéndolo cerca de
que le oyó al doctor don Francisco Pérez de Oblitas de unos pliegos del re-
belde José Tupa Amaro dirigidos a diversas personas, dijo que habrá cosa de
ocho o diez días que dicho doctor don Francisco fue a la casa del declarante
y entre la conversación que tuvieron expresó aquel que habían llegado antes a
Catca unos mozos a quienes agarraron los indios para ver / .v y averiguar de
que parte venían y los llevaron a presencia del cura de dicho pueblo de Catca,
que lo es el doctor don Pedro Maldonado, que éste, habiéndoles exhibido un
pasaporte de Tupa Amaro, edictos y pliegos los leyó y les dijo a los indios que
eran propios de Tupa Amaro y les devolvió dichos pliegos, edictos y pasaporte,
con lo que siguieron su camino. Que esto lo sabía dicho doctor Oblitas por ha-
bérselo contado así un criado suyo nombrado Gregorio, que se había hallado
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