Page 306 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
los que sólo hubiese en ellos testimonio, se reconocerán y averiguará adonde
paran los originales, dentro del término que se asigne para la propia ejecu-
ción. Y por lo que mira a lo general de la ilusa nación de los indios, se consul-
tará a Su Majestad lo oportuno, con el fin de que si ahora o en algún tiempo
quisiese alguno de éstos pretender nobleza o descendencia igual o semejante
de los antiguos reyes de su gentilidad, sea con otras cosas que se le consulta-
rán, reservado este permiso y conocimiento a su real persona, con inhibición
absoluta y bajo de las más graves y rigurosas penas, a cualquier juez o tribunal
que contraviniese a ésto recibiendo semejantes informaciones, y que las reci-
bidas hasta ahora sean de ningún valor ni efecto hasta que el rey las confirme,
por ser esta resolución muy conforme a estorbar lo que se lee a fojas de estos
autos, reservando del propio modo a su soberana determinación lo conve-
niente que es y será, atendidas las razones que van indicadas, y a que este
traidor logró armarse, formar ejército y fuerza contra sus reales armas, valién-
dose o seduciendo y ganando con sus falsedades a los caciques o segundas
personas de ellos·en las poblaciones, el que éstas, siendo de indios, no se go-
biernen por tales caciques, sino que las dirijan los alcaldes electivos anuales
que votan o nombren éstas, cuidando las mismas comunidades electoras y los
corregidores, preferir a los que sepan la lengua castellana y a los de mejor con-
ducta, forma y costumbres, para que traten bien y con amor a sus súbditos,
dispensando cuando más y por ahora que lo sean aquellas que han manifesta-
do justamente su inclinación, fidelidad, anhelo, respeto y obediencia por la
mayor gloria, sumisión, y gratitud a nuestro gran monarca, exponiendo sus
vidas, bienes o haciendas en defensa de la patria y de la religión, oyendo con
bizarro desprecio las amenazas y ofrecimientos de dicho rebelde principal y
sus jefes militares, pero advertidos de que únicamente éstos se podrán llamar
caciques o gobernadores de sus ayllos o pueblos, sin trascender a sus hijos o
resto de la generación tal cargo. Al propio fin, se prohibe que usen los indios
los trajes de su gentilidad, y especialmente los de la nobleza de ella, que sólo
sirven de representarles los que usaban sus antiguos incas, recordándoles me-
morias que nada otra cosa influyen que el conciliarles más y más odio a la
nación dominante, fuera de ser su aspecto ridículo y poco conforme a la pu-
reza de nuestra religión, pues colocan en varias partes de el al sol, que fuera su
primera deidad, extendiéndose esta resolución a todas las provincias de esta
América Meridional, dejando del todo extinguidos tales trajes, tanto los que
directamente representan las vestiduras de sus gentiles reyes con sus insignias,
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