Page 246 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            sus iniquidades y de solo oir se estremecen los cuerpos y lloran los corazo-
            nes; en estos hay disculpa, porque al fin fueron infieles; pero los corregidores
            siendo bautizados desdicen del cristianismo con sus obras, y .más parecen
            ateístas, arrianos, calvinistas y luteranos, porque son enemigos de Dios y de
            los hombres, idólatras del oro y de la plata. No hallo más razón para tan inicuo
            proceder, que ser los más de ellos pobres y extranjeros y de cunas muy bajas.
                    Público es y notorio lo que contra ellos han informado al real conse-
            jo, los señores arzobispos, obispos, [tarjado: cabildos, prelados de religiones
            y otros señores, personas constituídas en dignidad y letras] doctor don Juan
            Manuel Campos, doctor don Manuel Gerónimo Romani, doctor don Agustín
            Goruichátequi, fuera de esto los cabildos seculares y eclesiásticos de Arequipa,
            Paz y Cuzco, también los prelados de las religiones, de los curas doctor don
            Ignacio de Castro, doctor don Manuel Arroyo y otros señores constituídos en
            dignidad y letras, que viendo vuestra señoría tanta iniquidad no solo se escan-
            dalizaría sino que vertiría lágrimas de compasión, de oír tanto estrago y ruina
            de provincianos; pidiendo remedio a favor de este reino, con el fin de que no
            se pierda o haya algún motín por causa de ellos, como al presente ha sucedido
            y ha sido tan grande nuestro infortunio, para que no sean atendidos en los
            reales consejos, será la causa porque no han llegado a los reales oídos, que es
            imposible, que tanto llanto, lágrimas y penalidad de sus pobres, e infelices pro-
            vincianos de todos estados, dejen de enternecer ese corazón compasivo y noble
            pecho de rey, mi señor para alargar su liberal mano y sacarnos de esta opresión
            sin treguas ni socapas como al presente nos figuran y quieren hacernos creer
            con amenazas y destrozos lo que es muy disconforme a la real mente.
                    Este maldito y viciado reparto nos ha puesto en este estado de motín,
            tan deplorable con su inmenso exceso. Allá a los principios, por carecer nues-
            tras provincias de géneros de Castilla y de la tierra, por la escacez de beneficios
            conducentes, permitió Su Majestad a los corregidores una cierta cuantía, con
            nombre de tarifa para cada capital, y que se aprovecharán sus respectivos na-
            turales, tomándolos voluntarios y lo preciso a su aliño en el precio del lugar, y
            porque había diferencia en sus valuaciones, se asentó precio determinado para
            que no hubiera socapas en cuanto a las reales alcabalas. Esta valuación pri-
            mera la han continuado hasta ahora, cuando de muchos tiempos a esta parte
            tenemos las cosas tan baratas. De suerte que los géneros de Castilla, que han
            cogido por montón y lo más ordinario, y están a dos o tres pesos nos amon-
            tonan con violencia por diez o doce pesos la vara; el cuchillo de marca menor



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