Page 543 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
P. 543
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
lamentos; que demostraban su raro dolor solo por que lo havia tocado esta
misma omnipotente mano?.— (miseremine mei: miseremine mei saltem vos
amici mei, quia manus Domini tetigitme Job capitulo diez y nueve).— Obrad
pues en esta materia con mas circunspeccion o por decirlo mejor obrad como
christianos, a quienes la luz de la fe haga ver que quanto se hace o deja de ha-
cer en esta vida mortal tiene una concatenacion inevitable con el juicio de
Dios.— Lleva desde luego este objeto siempre a la vista, temed el desperdicio
de los dones de Dios, en este gran yndulto de la Santa Cruzada y mostraos
eternamente agradecidos a la real mano que nos lo ha impetrado y solicitado
de la Santa Sede Apostolica.— (Aunque se atribuye vulgarmente al Papa Julio
segundo. La primera consesion de la Cruzada al Rey de España es anterior
como consta del Breve expedido por Alexandro sexto año de mil quatrocien-
tos noventa y siete para las Cicilias y las Yslas adyacentes).— Como un bene-
ficio digno de una monarquia la mas christiana y de un rey tan catolico y
amante de sus vasallos. Mas qual de los privilegios, que distinguen nuestra
nacion, y su yglesia, no ha descendido del Vaticano por este real conducto? No
son nuestros piadosos reyes los que han alcanzado siempre de Roma los mas
honorificos y favorables breves o la extencion de ellos para estos dominios ya
en concesiones de solemnidades de santos con ritos de clase maior, ya de dis-
pensaciones del derecho comun, ya en declaraciones en puntos de diciplina y
su reforma, y en una palabra en todo aquello que conduce al recto y suave
gobierno de nuestra America christiana y eclesiastica en articulos de religion
y costumbres? La Bula de la Santa Cruzada es y será un monumento perpetuo
de esa real piedad; ella se concedio a los reinos de España por un Pontifice, que
si atendió a la salud spiritual de sus fieles fue en concideracion de un Rey (imi-
tado por sus desendientes) que la celó mas que sus proprios intereses. Agrego-
se este nuevo mundo a la dominacion de España y al punto cuidó el Soberano
de aquella era, que se propagase a este emisferio, ese gigante veneficio Grego-
rio decimo tercio extendió al Reino de las Yndias el privilegio de esta Bula que
en el dia debemos reconocer a nuestro inclito y amado rey el señor don Carlos
tercero, que Dios guarde, siendo la presente publicacion no solo de la Bula de
la Santa Cruzada, sino tambien de las atenciones que debemos a la bondad de
este incomparable dueño. Y acaso los catholicos reyes han procurado este in-
agotable tesoro de auxilios espirituales por otros fines que no sean dignos de
su amor al vasallo y de su insigne propencion al bien de nuestras almas? Sus
miras han sido conservar estos vastos y laboriosos paises, no tanto para la
542