Page 538 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º


                                          DOCUMENTO 80




                    (Al margen: Carta Pastoral sobre la Bula de la Santa Cruzada).
                    Nos el Doctor Don Juan Manuel Moscoso y Peralta, por la gracia de
            Dios y de la Santa Sede Apostolica, Obispo de la Diocesi del Cuzco del Conse-
            jo de Su Magestad. A nuestros amados hijos de ambos sexos estantes y havi-
            tantes en esta capital y en todas las provincias de nuestra jurisdiccion salud y
            gracia.— Por que la Bula de la Santa Cruzada es el mayor thesoro con que
            nuestra piadosa madre la Yglesia repara las cotidianas quiebras que padezen
            los fieles, ya prodigando el caudal de gracias que como a hijos adoptivos de
            Dios les tocó en patrimonio que dicipan los pecadores apartandose de la casa
            de su Padre Celestial, para peregrinar estraños de su patria en la religion dis-
            tante del mundo, corrompido; ya para recuperar los talentos, que haviamos
            recivido y gastado mal o para promover con usuras los principios de que nos
            surtió el santo bauptismo, a fin de que los adelantasemos con crecidos aumen-
            tos de merito ganado a expensas de los auxilios, que con frecuencia bajan del
            cielo. Hemos creido ser de nuestro pastoral ministerio el recomendar a nues-
            tros amados diocesanos, el inmenso valor que contiene para el alma este yn-
            dulto pontificio, que con solas dos monedas nos deja todo el merecimiento
            que ha hecho publico el Evangelio en aquella piadosa viuda, que las arrojó al
            Gazofilacio del templo.— Con este canonico exemplo me contraigo desde lue-
            go a la ingente utilidad que nos produce la bula de vivos. Esta nos franquea o
            nos facilita con anticipación una eterna riqueza solo con un cortisimo numero
            de reales de plata, metal corruptible, pues con ella pagamos la deuda contraida
            por el pecado. O si los mortales aligerados con este beneficio espiritual cono-
            siesemos sus quilates como aspirariamos a conseguirlo sin herrar tan torpe-
            mente en la tibieza con que muchos retardan su felicidad apreciando mas el
            logro de un interes tan corto y vil, que las yndulgencias fundadas en los meri-
            tos de Nuestro Señor Jesucristo de su Madre Señora Nuestra y de todos los
            santos gloriosos y justos de la Tierra!.— Estravagant unigenitus de Penitentije
            remitionibus inter communes.— Para gustar estas dulces y sagradas vertientes
            será presiso que os acordeis del reato contraido por el pecado mortal y venial
            en que no entra el original porque despues del Bautismo nada queda en el
            hombre fiel digno de condenacion, como lo tiene definido el Consilio Cermenico



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