Page 390 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            Cura de Urubamba don Manuel Gayozo en persona al Pueblo de Maras a jun-
            tar gente y a donde dicho don Martín Arana pedía auxilio al dia siguiente les
            dieron un abanze a los yndios alzados, lleno de felicidad y de triunfos. Los
            curas fueron a cavallo, incorporados en las tropas a mi mando y alentando a
            la gente. Ya se ve que ellos irían como fieles vasallos de nuestro soberano! Pero
            quien dudará que también fueron movidos de las continuas cartas pastorales
            que vuesa señoría ylustrisima les havia remitido para que afianzasen la gente
            en la fidelidad a nuestro Monarca? Don Martín Arana que fue de Comandan-
            te en la tropa logró al primer tiro de fucil matar al gefe de los alzados, murie-
            ron assi mismo hasta trecientos yndios de los del revelde, ya en el mismo pue-
            blo de Yucay y ya dentro de las sementeras pues muerto su gefe salieron de
            huida. Esta empresa ylustrisimo señor tan util a nuestro soberano, asi por ha-
            ver restaurado el pueblo de Yucay y echado los alzados de la quebrada, escar-
            mentados sobre manera no se huviera logrado si vuesa señoría ylustrisima
            con ofrecerse a guardar el puente no huviera embarazado de este modo de
            cortarse.— No condujo menos a exforzar la fidelidad de los vecinos de la ciu-
            dad del Cuzco el exemplo que dio vuesa señoria ylustrisima asistiendo todas
            las tardes por ocho días continuos en la Yglesia Catedral a las miciones que se
            hicieron de orden de vuesa señoría ylustrisima y la Procesion de Sangre que se
            hizo el noveno dia, en la que salio vuesa señoria ylustrisima con la cabeza
            descuvierta y llena de ceniza, una corona de espinas y una soga gorda de ca-
            buia al cuello, cuyo exemplo siguieron el clero y religiones, colegios y todo el
            Pueblo. Este acto verdaderamente mui serio y devoto movia aun a los mas
            endurecidos a lagrimas y ternura. Alli se vieron crueles, asperas y fuertes pe-
            nitencias. Quien no vé que este religioso hecho movería mucho la piedad del
            cielo y que conmovio mucho a toda la ciudad, para que se mantuviese en su
            primitiva fidelidad? Y mas quando para ello mandó vuesa señoría ylustrisima
            que varios clerigos y religiosos exhortasen y predicasen al devido obedeci-
            miento a nuestro soberano.— Las cartas pastorales que dirigio vuesa señoría
            ylustrisima a los yndios en especial al infame Diego Christoval Condorcanqui
            y a su sobrino Mariano fueron varias y mediante ellas se consiguio el que se
            docilitasen a las pazes, pues sin embargo de los muchos exemplares impresos
            de yndulto general que les mandó el excelentísimo señor Virrey don Agustín
            de Jauregui, las cartas del señor Ynspector en que les afianzavan lo mismo se
            mantuvieron reveldes y lo mas que respondieron fue decir que desde luego
            entrarían en el tratado de paces si vuesa señoría ylustrisima les aseguraba el



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