Page 382 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            de decir las exortaciones que con espíritu apostolico me hacia vuesa señoria
            ylustrisima a fin de que confesasen y declarasen a todos los complices y exe-
            cutandolo puntualmente, los dias y las noches que estuve auxiliandolos fuera
            dilatar mucho tiempo y emplear muchos pliegos de papel y asi me remito al
            ynforme de mi Prelado en el muy reverendo Padre Regente frai Andres de
            Aragon Prior de este Convento con quien asistimos hasta el fallo de la muerte
            de dichos rebeldes y asi cierro diciendo que despues de Dios a vuesa señoría
            ylustrisima le deve la Nacion y el Estado la tranquilidad y paz que oy gosamos
            y que el Diego Tupa Amaro se huviese rendido y por ser verdad sin agravio ni
            ofenza de ella juro in verbo sacerdotis tacto pectore ser verdad quanto llevo
            referido.— Nuestro Señor conserve la vida de vuesa señoría ylustrisima por
            muchos años, para alivio de su diocesi y esplendor de la Yglesia. Convento
            de Nuestro Padre Santo Domingo y junio primero de setecientos ochenta y
            cuatro.— Ylustrisimo señor Besa la mano de vuesa señoría ylustrisima su mas
            afectuoso capellan Frai José Pascual de Bargas Vicario Prior.— Ylustrisimo se-
            ñor doctor don Juan Manuel de Moscoso y Peralta.— Entre renglones: ro: vale.—
                    Concuerda con el oficio y respuesta original de su contesto a que me
            refiero y de que certifico. Lima y febrero cinco de setecientos ochenta y cinco.


                    Doctor Antonio de Bustamante Secretario (Rubricado).


                    Reverendo Padre frai Pedro de Oste.— Mui señor mio: Tengo presente
            que estando ya en capilla para sufrir el ultimo suplicio el revelde José Gabriel
            Tupa Amaro, su muger Micaela Bastidas, su hijo Ypolito Tupa Amaro, la Ca-
            sica de Acos Tomasa Tito Condemaita y otros ilusos secuases suios fui en
            desenpeño de mi ministerio y en virtud de la insignuacion que para ello me
            hizo el señor Visitador General don José Antonio Areche a exortarlos y entre
            otros puntos importantes a su remedio espiritual, ninguno me devio maior
            concideracion, ni en otro inculqué con tanta eficacia y exfuerzo como en el de
            que no se fuesen a la otra vida sin declarar a todos los complices en la revelion
            y a los que directa o indirectamente huviesen tenido parte en ella pues de lo
            contrario imposivilitaban su salvacion por que dejavan la Religion a peligro
            de subvertirse, el Estado a riesgo de perderse y en términos de abandonarse la
            devida fidelidad al Soverano. A esta exortacion asistió vesa merced en compa-
            ñia de algunos de mis prebendados y de otras personas eclesiasticas y milita-
            res y a su consequencia se ha de servir vesa merced exponer a continuacion de



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