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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            se mantubiesen constantes en sus doctrinas, predicando y explicando la fideli-
            dad y obediencia devida al soberano en cuia virtud, se mantubieron constan-
            tes en sus ministerios escribiendo con frecuencia a vuesa señoría ylustrisima y
            dando parte de las operaciones del Rebelde cuias respuestas comunicadas por
            mano a vuesa señoria ylustrisima a la real Junta sirvieron de atajo y estorbo al
            Ynsurgente.— Y no contento con fatigar su pluma diariamente mandó vuesa
            señoria ylustrisima que con armas en mano todo su Clero concurriese en su
            episcopal palacio al exercicio como en efecto se formó una gran Compañia de
            eclesiasticos que marchando se fueron a presentar en el Quartel General ante
            los señores que compusieron la Real Junta de Guerra.— Finalmente, quan-
            do por muerte del principal caudillo creimos sesase la Revelion, cundiendose
            ésta de nuevo por seduccion influxo de Diego Tupa Amaro, viendo que por
            instantes tomaba mas cuerpo y que el grueso exercito de mas de catorse mil
            soldados que fueran hasta la Villa de Puno no pudo conseguir la victoria de-
            seada, ni menos la captura del nuevo Caudillo, arvitró vuesa señoria ylustrisi-
            ma, savia y prudentemente franquearle el perdon que el excelentisimo señor
            Virrey en nombre de nuestro Soberano, mandó se publicase al principal de-
            linquente y sus sequaces y para conseguir su devido efecto se puso en camino
            en el tiempo mas rigoroso de aguas, trancitando ríos caudalosos, trillando
            caminos asperos y peligrosos infestados de enemigos, exponiendo su aprecia-
            ble vida a insultos de un declarado enemigo y su salud a los quebrantos hasta
            ponerse personalmente en la doctrina de Sicuani en donde lo que no pudieron
            las armas ni el arte e industria militar, logró vuesa señoria ylustrisima atraher
            a su rebaño conbirtiendo aquel lobo carnizero (que se havia sebado en tanta
            sangre cristiana) en manso cordero, que como tal entregó las armas, confesó
            su delitos y arrepentido de ellos se alistó de nuebo protestando ser en adelante
            vasallo y fiel subdito a la corona.— Los pasages anteriores quando el Revelde
            asomó al serro de Piccho salio vuesa señoría ylustrisima victoreando a nuestro
            soberano por las calles, alentando a los soldados, consolando a los afligidos y
            preparando curacion a los heridos, hasta ponerse a tiro de cañon del enemigo,
            quien mandó se le pusiese la puntería y se les disparase la artilleria, con la ex-
            presion de que tirasen al de los ojos grandes, asimismo prorrumpio en sacrí-
            legas voses fue la primera caveza que havia de cortar hera la del Obispo como
            lo havía protestado en varias partes y esto es tan notorio y publico por aque-
            llos que amenazados con la muerte estubieron a su dominio.— Estos son los
            pasages que brebe y sumariamente he podido compendiar, por que para ver



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