Page 240 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 10º
            caudal alguno por que el que huvo pocos dias antes se havia remitido por car-
            ta cuenta a esta capital en tan presisa urgencia, no quedaba otro arbitrio que
            ocurrir al caudal de los particulares y antes de llegar a este extremo quiso
            vuesa señoria ylustrisima ganar por la mano comvocando a sus curas y a los
            prelados de las religiones, quienes en una junta que se tubo en su Palacio Epis-
            copal hicieron un donativo a favor del erario comprehendiendo en él aun los
            monasterios de monjas y de esta suerte en el brebe tiempo que tardaron en
            hallanarse para el socorro de esta urgentísima necesidad se pudieron contar
            mas de veinte mil pesos con que de pronto fue auxiliado el erario, continuan-
            dose estos auxilios con que siempre concurría vuesa señoría ylustrisima en la
            mayor parte, hasta que de esta capital se despacharon los caudales necesarios,
            para sostener la guerra que fue presiso mantener contra los reveldes serca de
            dos años.— Esta duraria aun hoy o no huviera terminado tan felismente si
            vuesa señoría ylustrisima no huviese propuesto al excelentísimo señor virrey
            don Agustin de Jauregui el mejor arvitrio para cortarla. Este fue el del yndulto
            que pidio para que fuese comprendido en él, aun el principal ynsurgente, a
            quien dirigio vuesa señoria ylustrisima despues de conseguido aquel no solo
            insinuantes y repetidas pastorales, a fin de persuadirlo a que se acojiese de él,
            sino tambien a muchos curas y sacerdotes, que rebestidos de un apostolico
            celo arrostraron a los riesgos y llenos de las ynstrucciones pacificas con que
            vuesa señoría ylustrisima los prevenia, fuesen a persuadirle a Diego Christo-
            val su total sumicion y rendimiento a la obediencia del rey. Por estos medios y
            oportunísimas providencias se logró el que se presenciase aquel con todos los
            de su sequito en el pueblo de Siquani, en donde se dirigio vuesa señoría ylus-
            trisima asociado por particular comision con el señor ynspector general para
            asegurarle al rendido la realidad de las ofertas que se le hacian por el yndulto
            que consiguió la interposicion de vuesa señoria ylustrisima. En aquel pueblo
            vimos a vuesa señoria ylustrisima empeñado en esta importante comision y
            rebestido de su pastoral zelo instarle a aquel, por la restitucion de los bienes
            que havia usurpado en el tiempo de su rebelion, cuyas insinuaciones siempre
            reiteró vuesa señoría ylustrisima por escrito persuadiendolo a aquella restitu-
            cion despues que con él salimos a apasiguar las provincias del Rio de la Plata
            y virreinato de Buenos Aires. En aquel pueblo vimos a vuesa señoría ylustrisi-
            ma franquear visarramente su proprio alojamiento al señor comandante ge-
            neral para que en él colocase al rendido con el fin no tanto de autorisarlo con
            este honor y asegurarle de esta suerte la realidad de las gracias, de que aun



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