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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            y el de sus cobradores, esto lo sabia mui bien Tupa Amaro y lo experimentó en
            si mismo, halló disposicion en los yndios y mestizos obstilizados de este trata-
            miento y emprehendió libertarse de la amenaza de horca que le hizo dicho
            corregidor, si en un brebe termino que le puso no le pagaba las deudas de su
            repartimiento y otras que le havian encomendado de esta ciudad de Lima, esto
            es publico y notorio: A mi me consta la violenta conducta de dicho don Anto-
            nio Arriaga: Soy testigo de los conflictos y opreciones en que se veían los mi-
            serables havitantes de Pichigua, quando llegaba alli este corregidor o qual-
            quiera de sus cobradores, pero que mucho si ni aun los curas y eclesiasticos de
            aquella provincia estaban libres de sus furias? bien a mi costa las experimente
            yo, arrastrado de su orden, arrestado y recluso varios días sin mas amparo que
            el del cielo y hecho el trofeo de la havitual enagenacion en que lo tenia consti-
            tuido su desordenada gula, sin que bastasen a contenerlo las repetidas ordenes
            de este Superior Govierno, que noticioso de los atentados cometidos contra
            mi libró providencia para que el mismo corregidor pena de estrañamiento
            pusiese con un par de grillos a su cobrador don Francisco Sisneros en la mis-
            ma carcel en que me havia encerrado de su orden.— Todo el reino esta persua-
            dido y no se engaña a lo menos la mas sana parte de él de haver sido vuesa
            señoría ylustrisima uno de sus principales libertadores y el mas constante de-
            fensor de los derechos del soberano. Yo asi lo conosco, asi lo he oydo a perso-
            nas indiferentes y de critica y asi lo depondré siempre que sea necesario por-
            que me constan los afanes de vuesa señoría ylustrisima sus gastos, sus oficios,
            sus cartas pastorales asi a los curas, como a todos sus subditos y especialmen-
            te a las cabezas de la revelion, que no se puede leer ninguna de ellas sin admi-
            rar la eficacia en persuadir de vuesa señoria ylustrisima y sin rendirse al peso
            de las razones con que apoya vuesa señoria ylustrisima sus pensamientos de
            paz y lealtad al monarca: Muchas he leido y cada una de ellas es un autentico
            testimonio del fiel corazon de su autor y sus saludables efectos dan a conocer
            su importancia y utilidad.— La que resultó del viaje de vuesa señoría ylustri-
            sima al pueblo de Siquani no podra dejarla de confesar el mas siego, pues
            desde aquella feliz empresa pararon los movimientos del reino, rendido el
            principal revelde y convensidos sus sequaces de la ruina que se les esperaba si
            continuaban sus herrores.— Nada de lo que llebo expuesto se opone a la ber-
            dad, todo es mui comíorme a ella y juro a vuesa señoría ylustrisima in berbo
            sacerdotis tacto pectore que para producirme del modo que se bé no he tenido
            otro objeto, ni otro fin que el de su esclarecimiento y en obsequio de ella si



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