Page 192 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                            La defensa del obispo Moscoso: Cargo 9º
            asperas  estas espreciones,  y  estos  concejos,  pero  confío  que  vuesa  señoría
            ylustrisima los sabra desembolver del incomodo trage que llevan, poniendo-
            los en el de una sencilla suplica por el interes que me toca en que logre abrir la
            puerta a los remedios que necesita en este reyno el actual servicio eclesiastico,
            de donde han de salir las demas del resto de sus havitantes y asuntos: Me pa-
            rece muy bien que vuesa señoría ylustrisima siguiendo su heroico y religioso
            caracter haia tomado la asistencia del coro y del altar de su santa yglesia por el
            primer afan de su entrada pero no el que lo haia hecho sin atender a que llega
            enormente cansado, ya que para trabajar es menester estar con vigor y salud.
            Compadezco mucho a vuesa señoría ylustrisima en haberla hallado sin aque-
            llo que la debia constituir bien formada: La liturgia; la decora con seriedad y
            respeto de las funciones sagradas unidas al espíritu del canon que las solemni-
            za con las augustas santas y venerables ceremonias que en otro tiempo hicie-
            ron el respeto de sus autores, deben traerse a su pompa, magestad y decencia
            y el poner o hacer la regla consueta con que se rige toda catedral y es conve-
            niente a su govierno, es justo que logre la mano de vuesa señoria ylustrisima
            ya que sus antecesores descansaron sin deber en no dejarla formada, y en uso;
            pero todo este afan apostolico, el de los aranceles y synodales debe empren-
            derse sin incomodidad de espiritu; el de vuesa señoría ylustrisima tiene a mi
            ver muchos quilates de vivo y de celoso; mas estas qualidades pocas vezes
            vistas en estos tiempos, y en una America que tanto suspira por su reforma
            para tener grato a Dios y al Rey, merecen cuidarse y no tratarlas vuesa señoria
            ylustrisima como suyas, sino como que son del publico y del estado agrade-
            ciendo a su divina magestad el que le haia constituido por administrador y
            mediador de sus efectos, o resultas felices. Mis fuerzas acaso son del numero
            de las menos proporcionadas para ayudar a vuesa señoria ylustrisima en todo
            lo que tiene que hacer por su apostolico ministerio; tales quales son, las pongo
            a su arbitrio, y si tubiese la fortuna de que le puedan ser utíles en uno u otro
            caso estimaré a vuesa señoría ylustrisima el que me lo comunique para tener
            este consuelo, y tambien la noticia de quanto execute, pues aunque lo sienta su
            corazon su moderada alma, y su conducta, hace dias que estoy dando al Rey
            cuenta de los grandes afanes y teson con que lleva su cargo, y de la gran con-
            fianza que puede tener su magestad de que vuesa señoria ylustrisima restituía
            con su exemplo a esta Santa Yglesia de Yndias el fervor y calor de la mas pura
            y mas ajustada doctrina eclesiastica, correspondiendo en esto agradecido a la
            soberana bondad con que le dedico a esa Mitra; suplicandole yo que le tenga



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