Page 191 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
P. 191
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Antonio de Areche: Doctor Frias. (Al margen: Respuesta del señor visitador al
señor ylustrisimo en que se encarga de instruirlo de todo lo que necesita re-
medio: Toca puntos muy utiles que pueden verse). Ylustrisimo señor: Muy
venerado señor mio: Recibo en el maior gusto, y complacencia que puedo la
amable carta de vuesa señoria ylustrisima su fecha trece de enero proximo,
pues veo en ella y se por otras partes las dignas demostraciones de gozo con
que manifestó esa su dichosisima capital quanto le ama y quanta fortuna logra
en tenerle por su prelado; yo aunque no he tenido el honor de tratar ni cono-
cer a vuesa señoria ylustrisima en su persona bien que la amo como el que
mas, me enternesco justamente con oir y ver las santas y venerables prendas
sobre que tiene educada su gran alma y su penetrado espiritu para las arduas,
continuas, cuidadosas y graves tareas de su cargo; por cuio motivo no encuen-
tro elogio, ni aplauso que no venga inferior a su merito, y solo sentiria con
todo mi corazon que hiciesen ceder a vuesa señoria ylustrisima por intolera-
ble a su salud y fuerzas los arduos trabajos que necesita librar un ylustrisimo
señor Obispo de la Yglesia de estas Yndias: Y asi amado señor mio pues vuesa
señoria ylustrisima conoce lo mucho que hay que reformar: La gran maña
dulzura y continua accion con que esto se puede vencer; y el exemplo y ensa-
yes que son consiguientes a esta extraordinaria obra, grata a Dios al Rey y al
publico de esta America, donde se halla destinada nuestra suerte es preciso
que tome alguna suspencion en sus afanes: Su salud, sus fuerzas y su espíritu
por robusto que sea, es menester contemplarle como que se acaba de separar
de las sesiones santas de un concilio de las tareas improvas de una visita: De
un viage para ella donde no se conoce la comodidad y el gusto en cosa alguna,
y como que entra en la observacion de otras nuevas ocupaciones que le aco-
meten, pidiendo a voces su consuelo su correccion, su reforma y el poner las
reglas y laudables costumbres que faltan en su diócesis. Tratando con esta afa-
vilidad la multitud de negocios y asuntos que oy acometen a vuesa señoria
ylustrisima con fiereza dejará valor para otros nuevos, pero sino temo mucho
que esta America continue en ser desgraciada, perdiendo, o inposcibilitando-
se un prelado que va a abrir en la inmediacion de su primer sitial del alto go-
vierno político, el espiritu de rectitud, de celo y de la sana doctrina, con que
deben seguirle y acompañarle los demas, a quienes contemplo atados a la dura
cadena del temor, del respeto individuo y de otros mil accidentes que conoce
vuesa señoría ylustrisima, y me tienen a mi en la mas tercas y porfiadas amar-
guras, que le puedo significar. Si yo estubiese cerca de su persona irian menos
190