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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Antonio de Areche: Doctor Frias. (Al margen: Respuesta del señor visitador al
            señor ylustrisimo en que se encarga de instruirlo de todo lo que necesita re-
            medio: Toca puntos muy utiles que pueden verse). Ylustrisimo señor: Muy
            venerado señor mio: Recibo en el maior gusto, y complacencia que puedo la
            amable carta de vuesa señoria ylustrisima su fecha trece de enero proximo,
            pues veo en ella y se por otras partes las dignas demostraciones de gozo con
            que manifestó esa su dichosisima capital quanto le ama y quanta fortuna logra
            en tenerle por su prelado; yo aunque no he tenido el honor de tratar ni cono-
            cer a vuesa señoria ylustrisima en su persona bien que la amo como el que
            mas, me enternesco justamente con oir y ver las santas y venerables prendas
            sobre que tiene educada su gran alma y su penetrado espiritu para las arduas,
            continuas, cuidadosas y graves tareas de su cargo; por cuio motivo no encuen-
            tro elogio, ni aplauso que no venga inferior a su merito, y solo sentiria con
            todo mi corazon que hiciesen ceder a vuesa señoria ylustrisima por intolera-
            ble a su salud y fuerzas los arduos trabajos que necesita librar un ylustrisimo
            señor Obispo de la Yglesia de estas Yndias: Y asi amado señor mio pues vuesa
            señoria ylustrisima conoce lo mucho que hay que reformar: La gran maña
            dulzura y continua accion con que esto se puede vencer; y el exemplo y ensa-
            yes que son consiguientes a esta extraordinaria obra, grata a Dios al Rey y al
            publico de esta America, donde se halla destinada nuestra suerte es preciso
            que tome alguna suspencion en sus afanes: Su salud, sus fuerzas y su espíritu
            por robusto que sea, es menester contemplarle como que se acaba de separar
            de las sesiones santas de un concilio de las tareas improvas de una visita: De
            un viage para ella donde no se conoce la comodidad y el gusto en cosa alguna,
            y como que entra en la observacion de otras nuevas ocupaciones que le aco-
            meten, pidiendo a voces su consuelo su correccion, su reforma y el poner las
            reglas y laudables costumbres que faltan en su diócesis. Tratando con esta afa-
            vilidad la multitud de negocios y asuntos que oy acometen a vuesa señoria
            ylustrisima con fiereza dejará valor para otros nuevos, pero sino temo mucho
            que esta America continue en ser desgraciada, perdiendo, o inposcibilitando-
            se un prelado que va a abrir en la inmediacion de su primer sitial del alto go-
            vierno político, el espiritu de rectitud, de celo y de la sana doctrina, con que
            deben seguirle y acompañarle los demas, a quienes contemplo atados a la dura
            cadena del temor, del respeto individuo y de otros mil accidentes que conoce
            vuesa señoría ylustrisima, y me tienen a mi en la mas tercas y porfiadas amar-
            guras, que le puedo significar. Si yo estubiese cerca de su persona irian menos



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