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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
combocatorias a este logro con pretextos del servicio del Rey.— Puestos asi
aquellos yndios como los demas provincianos con semejante engaño a vista de
tan funesto espectaculo declararon el odio que havian conciliado contra dicho
corregidor ya por las gravisimas estorsiones que por él y sus cobradores su-
frían ya por el violento manejo del mismo, y ya por haverles repartido mas de
trescientos mil pesos contra todo derecho y tarifa, de modo que o por el odio
no intentaron la defenza o absorto del atrevimiento de Tupa Amaro.— El in-
feliz Arriaga en repetidos exortos e informes que se hallan en los autos asegu-
ra que jamas hubo levantamiento en Yauri: Que esta vez se fraguo por los
eclesiasticos y concluie con que los yndios estaban mui tranquilos sosegados y
obedientes cuias expresiones se oponen diametralmente al concepto de que
aquel movimiento fuese origen de la general alteracion que se ha tomado
como especioso motivo para ofendernos siendo notable que mas de seis meses
y no dos como se supone estubiesen estos yndios con mucha flema, haciendo
colera, o inflamandose, para el rompimiento, en cuio concepto descubro ma-
licia para alucinar y se demuestra por que el desacato de los de Yauri fue en los
días de trece y veinte y siete de abril de setecientos ochenta y el arresto de
Arriaga por Tupa Amaro el quatro de noviembre del mismo: con que se com-
bence que precedieron seis meses y no dos de un suceso a otro, y la ligeresa
con que se ha procedido en materia de tanta gravedad.— Tampoco se puede
atribuir a la excomunion de Arriaga ¿Qué conexion tiene con esta la muerte
que le dio Tupa Amaro, y los exesos que siguieron? No hallo telecsopio que
alcance a descubrirla por parte alguna.— Se hace reparable que en el espacio
de mas de dos años que ha corrido el articulo de fuerza en la causa de excomu-
nion sin resolverse se determine enbiar los autos al Rey quando las audiencias
tienen autoridad para ello pero se ha tomado este efugio para desacreditar
procedimientos arreglados que no han tenido otro objeto que el mayor servi-
cio del Rey y del Estado como lo tengo acreditado en todos tiempos y princi-
palmente desde mi ingreso a este obispado y mui señaladamente desde los
primeros pasos de la rebelion hasta la pacificacion general del reyno de que es
vuesa señoría buen testigo.— En conclusion ha venido un tiempo mui a satis-
faccion del deseo de los emulos y maldicientes que no pudiendo su saña ven-
gar sus pasiones han tomado por despique querer complicar en la rebelion, o
hacer ocasion de ella a todos aquellos que intentan arruinar por fines particu-
lares.— Y para no experimentar tan fatales resultas en que suele confundirse
la inocencia llevo suplicado a vuesa señoría informe en justicia a nuestro
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