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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
bien autorizado y recomendado para que llebe adelante sus respetables inten-
siones, que son ciertamente dignas de las con que quiere que todo se govierne
y mande en esta America a maior honrra de Dios y bien de sus amados vasa-
llos: Mis comisiones tienen por primeros objetos la reforma de los abusos que
encuentre en el servicio de la justicia, del publico de la Real Hacienda y otros
artículos menores que nacen de estos, y tambien hacen parte de ellas la obser-
vacion de los que respectan a la disciplina eclesiastica secular y regular: En
todas he puesto a todas horas aquellas providencias que he podido, y aquellas
providencias que he podido, y aquellas meditaciones que he alcanzado: Deseo
verme quanto antes a los pies del Rey rico de estos conocimientos para que
govierne un estado, o un reyno suyo tan remoto con toda la rectitud por que
suspira su incomparable justificacion; y en esta inteligencia devo no omitir el
rogar a vuesa señoría ylustrisima que me facilite sus avisos y todo lo que gane
y logre en su examen y con sus resoluciones: (Al margen: Ojo) Una visita epis-
copal toca en la misma casa del vicio, del exeso, de la iniquidad, de la usurpa-
cion y del crimen en todo su significado; las resultas de estos males, y tal vez
indicados sus remedios; y siendo asi, como que es casi este un principio inva-
riable quien mejor que vuesa señoria ylustrisima me podra poner en el estado
de noticias mas puras, y de consideraciones mas bien hechas? creo que nadie;
y pues conocemos delante de nuestras respectivas conciencias y cargo lo que
debemos a Dios, al Rey y a estas atrazadas y debiles y atendibles provincias,
exforsemonos yo a obrar lo que pueda y aguardar sus sabias instrucciones, y
vuesa señoria ylustrisima a executar lo mucho a que alcanza su elevadisima
autoridad, partiendo conmigo aquellas cosas que no debe ignorar un magis-
trado que las desea ver segun corresponde a nuestro ilustrado siglo, a los dias
del gran Carlos tercero, y a los en que reconoce su maior necesidad de alivio y
arreglo esta America, pues si oy no le logra presumo que le será mucho mas
dificil, sino imposible, en otras circunstancias: He cansado a vuesa señoria
ylustrisima mas que pencé: Estamos en nuestras primeras cartas y mi corazon
en todo el deseo de que vuesa señoria ylustrisima me tenga por su maior apa-
sionado, seguro de que jamas le he de pedir cosa que no sea del bien comun o
general y bajo de esta salva continuaremos nuestras sesiones, alimentaremos
de la buena razon, nuestros espiritus y Dios que nos ve nos auxiliará con hacer
lo que no este en nuestras manos: No pierda vuesa señoria ylustrisima en sus
primeras amonestaciones pastorales, la de que se declame (Al margen: Ojo)
con vigor en el confesonario, y en el pulpito contra el hurto y la usura en
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