Page 196 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                            La defensa del obispo Moscoso: Cargo 9º
            quedan con el exceso que cobran, interin que se muda de manos, y se confia
            su recaudacion a los alcaldes de los mismos yndios, como esta ordenado por
            la nueva Ynstruccion de Matriculas de que paso a vuesa señoria ylustrissima el
            adjunto exemplar para que se le haga leer en algunos de los cortos parentesis
            que le dejen sus arduas ocupaciones: Nuestro Señor guarde a vuesa señoría
            ylustrissima muchos años.— Lima veinte y siete de junio de mil setecientos
            ochenta.— Ylustrissimo señor Besa la mano de vuesa señoría ylustrissima su
            mas atento y seguro servidor.— Josef Antonio de Areche.— Ylustrissimo se-
            ñor Doctor don Juan Manuel Moscoso, Obispo del Cuzco.
                    Concuerda con el documento de su contexto.


                    Juan Manuel Obispo del Cusco (Rubricado).




                                          DOCUMENTO 36



                    (Al margen) Vista fiscal sobre los desacatos cometidos por los feligre-
            ses de Coporaque contra su Cura don Vicente Puente.
                    Señor Provisor y Vicario General.— El Promotor Fiscal en vista de
            estos autos dice: Que por ellos constan los horribles exesos que los vecinos
            del pueblo de Coporaque han cometido en su Cura el Doctor don Vizente
            de Puente y otros eclesiasticos. No se puede leer el ynforme del Cura Econo-
            mo de Yauri y la ynformacion de testigos con que lo instruie sin asombro, y
            escandalo de la razon. No se divisan en los autos los motivos, que hubiesen
            ocacionado a los yndios tan atroz despecho; pero quando fuesen muy gravez
            jamas disculparian a los delinquentes de tan sacrilegos desacatos, pues debe-
            rían ocurrir a este juzgado, y solicitar de él los remedios convenientes a sus
            agravios, y no exederse a tomar por si mismos la venganza, en un modo tan
            injurioso y ofencivo del respeto y acatamiento debido al sacerdocio. Sea lo
            que fuere de las causas que los promovieron a tan enorme crimen. Es forzoso
            proceder al castigo de los agresores y a reponer al cura a la posesion de su
            beneficio. Pero ve aqui en el presente estado de las cosas esta es una provi-
            dencia ardua y dificil. Los reos han incurrido en la excomunion mayor, que
            fulmina el canon sequis su adente diabolo contra los percusores de personas
            eclesiasticas sin que la calidad de yndios los escuse de ella, por que aunque



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