Page 639 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            referida, devolviéndose los citados documentos al mencionado Don Eusebio de
            Balsa y Berganza, va cierto y verdadero y para que conste pongo el presente en
            veinte y un días del mes de agosto de mil setecientos ochenta y tres. Benito de la
            Mata Linares.
                    (Al margen: Decreto).
                    Cuzco y agosto veinte y tres de mil setecientos ochenta y tres: Sáquese
            testimonio de este expediente y dese cuenta al señor Visitador General con él y
            con el informe correspondiente. Mata. Concuerda este traslado con el expedien-
            te referido en la cabeza de él, va cierto y verdadero y para que conste en virtud
            de lo proveído doy éste en la ciudad del Cuzco a veinte y tres de agosto de mil
            setecientos ochenta y tres.— Benito de la Mata Linares.
                    (Al margen: Informe).
                    Señor Visitador y Superintendente General de Real Hacienda.— Muy
            venerado señor mío: Por el testimonio del expediente que acompaño se instrui-
            rá Vuestra Señoría de lo que he practicado en virtud de su superior orden para
            averiguar los autores de la rebelión experimentada en estos dominios y quien
            haya podido influir a ella.— Aunque siempre hubiera sido más conveniente esta
            diligencia en los principios cuando vivía el rebelde José Gabriel por cuanto to-
            das las diligencias se podían practicar de otro modo, pero no obstante el gran
            celo de Vuestra Señoría por curar de raíz este cáncer no descansa en este punto
            y procurando yo seguir sus huellas he formado de su orden ese documento que
            si no prueba evidentemente el deseo de los corazones de alguno de estos habi-
            tantes, forma a lo menos un tejido de indicios suficiente para disponer su mayor
            claridad que no me ha parecido conveniente darle alguna más, por no despechar
            a los que se teman culpados, causando con sus proyectos o fuga mayor daño,
            pues siendo esta materia tan grave y ofensiva, el menor recelo de su pesquisa
            enciende los ánimos y vale más proceder con cautela y espera, que no arriesgar-
            lo sin fruto y si Vuestra Señoría cree deberse obrar de otro modo comunicará la
            orden que fuese de su agrado o providenciará separar los obstáculos para obrar
            sin reserva. Verá Vuestra Señoría como cuando estaba preso el difunto corre-
            gidor Arriaga por el Rebelde se decía publicamente en Tungasuca esperar allí
            órdenes de este Obispo para lo que se debía hacer y quien anticipadamente a to-
            dos supo su suplicio, agregando las reflexiones que ofrece el modo de proceder
            los curas, la ruidosa competencia que había entonces, la representacion hecha
            meses antes por Arriaga al gobierno de Lima, el hablar mal siempre de él, el de-
            cir que hasta los palos de la iglesia caída de Pampamarca habían servido para la



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